viernes, 2 de diciembre de 2011

Problemas sociales y paradigmas teórico metodológicos

A lo largo del tiempo hemos venido trabajando en este blog el enfoque estrucural funcionalista, especialmente los aportes de Talcott Parsons, Robert K. Merton, B. Malinowski hasta la propuesta del sociólogo alemán Niklas Luhmann, pues pese a su nivel de abstracción y generalidad, pensamos es muy útil para la evaluación de acciones sociales emprendidas por individuos, colectividades y organizaciones. Sin embrago es menester aclara aquí, que no pretendemos sostener que este enfoque teórico metodológico es el único o el mejor. La realidad social es tan variada y compleja que por más completo que sea un paradigma teórico explicativo no alcanza a incluir ni a dar cuenta de todos esos hechos y fenómenos sociales, políticos y económicos o legales que se dan en la sociedad. De ahí que sostengamos que un mismo problema social, pera ser entendido a cabalidad requiera el concurso de científicos sociales de muy diversas áreas así como de diversos enfoques teórico metodológicos, en diferentes fases de la investigación. Sería un acto de pedantería y soberbia intelectual, sería una postura anticientífica,  pretender que un problema social puede ser abarcado en su totalidad, entendido y solucionado por un sólo enfoque teórico. Más bien de lo que se trata es que delimitado un problema y determinado que es lo que queremos saber de ese problema, utilicemos las armas teóricas y metodológicas que nos permitan aproximarnos al mismo de manera eficaz. Y que cuando sea necesario se recurran a otras posturas (teorías) que puedan dar nuevas luces sobre lo que se está etudiando. Que puedan ayudar a un entendimiento mas extenso y profundo de ese problema en cuestión. El trabajo inerdisciplinario y multidisciplinario es más bien lo que se debe llevar a cabo en la práctica. Y si  esto no fuera posible, limitar el enfoque a aquellos aspectos del problema sobre los que si podemos dar cuenta con un buen grado de objetividad y veracidad, desde nuestro campo profesional y nuestra postura teórico metodológica.
Esto, finalmente nos lleva a sostener que no creemos que las ciencias sociales en general, y la sociología en particular, estén en crisis debido a la existencia de varios paradigmas teóricos dentro de la misma ciencia, sino  más bien a defender la idea de que tal variedad de enfoques y perspectivas constituyen una riqueza de las ciencias sociales, que nos dan distintas luces, enfoques y encuadres de un problema o dificultad. Y si bien sabemos que luego es muy difícil ponerse de acuerdo con quienes sostienen diferentes visiones, si valoramos lo que cada teoría o paradigma nos puede aportar, sin demérito de lo otros enfoques también pueden aportar, seguramente alcanzaremos un conocimiento más preciso de la problemática que investigamos. La critica constructiva juega en esto un papel muy importante. Y desde esa psotura afirmamos que lo más importante no es que esquema teórico logra imponerse y prevalecer sobre los demás, sino que enfoque nos ayuda mejor a entender lo verdaderamente importante que es el problema que se investiga.  Así, sostenemos que el enfoque estructural funcionalista con el que hemos veido trabajando es un paradigma teórico metodológico válido para cierto tipo de problemas y asuntos, pero no para todos. No toda problemática se resuelve afirmando si tal o cual elemento es funcional, disfuncional o afuncional para una parte o el todo social. Aunque a partir de la obtención del saldo de consecuencias funcionales, aparezcan otras nuevas preguntas cuya solución implique el uso de otros enfoques para comprender a fondo y con la mayor exactitud esa problemática. 

El estudio de las acciones cotidianas institucionalizadas

A estas alturas es bueno recordar que en el esquema que hemos venido desarrollando, la acción debe ser considerada como una acción de carácter social, es decir, que está referida a otos actores individuales o colectivos. Lo que se debe considerar junto con el hecho de que se trate de una acción racional, con sentido e intencionada, es decir, que busca alcanzar alguna meta, cumplir un propósito, y con ello obtener algun tipo de beneficio.determinado. También se trata de acciones que de tanto repetirse, pueden institucionalizarse, es decir, volverse parte de la cotidianidad, perdurar por mucho tiempo y ser reiteradas por muchas personas que las llevan a cabo una y otra vez. No se trata de acciones al azar, ni de acciones producto de patlologías o caprichos, ni acciones extraordinarias que se salen de lo común y aceptado. Estas últimas también deben ser restudiadas por el sociólogo, pero entendiendo que se trata de casos fuera de la norma y la costumbre y que, por lo tanto, difícilmente se repetiran, ya que obedecen a condiciones o situaciones extraordinarias.
Cuando una acción individual o grupal se lleva a cabo con arreglo a un fin previsto, con una intencionalidad manifiesta, tomando en cuenta a otros actores de quien se espera alguna respuesta y mediante un procedimiento aceptado por la sociedad (legal y legítimo), entonces podemos hablar de una acción social. Y esas son las aciones que le interesan al sociólogo, pues son las que por su carácter institucional afirman y reafirman a la sociedad y las relaciones sociales que se dan en su seno. El estudio de la sociedad no puede ser fructífero si se estudia lo extrordinario, lo poco común, lo inesperado, lo excepcional o extravagante, por el contrario, la sociedad requiere el estudio y la investigación de lo que permanece durante mucho tiempo de manera más o menos estable pues esas acciones o actos expresan la manera de ser de una sociedad y su cultura correspondiente. Esto es lo que llamamos lo cotidiano, los hábitos, las costumbres, las tradiciones, lo rutinario, que se vuelve por eso familiar, y hasta "natural", lo que, dicho sea de paso, no significa bueno o conveniente y menos virtuoso. Hay sociedades en las que ciertas acciones, pese a haberse vuelto cotidianas, pueden resultar dsañinas a la propia sociedad y sus miembros, e ir en contra de la paz, el binestar y la estabilidad de la misma. De ahí entonces, que el estudio de lo cotidiano, de lo institucionalizado no significa necesariamente una actitud conservadora que avale como positivo lo que sucede en el seno de la sociedad. Puede que de los resultados de la investigación, se llegue a la conclusión de que hay cosas que modificar o cambiar para el bien de la propia sociedad y sus componentes y se asuman posturas reformistas o abiertmente revolucionarias.  Dependerá del asunto y de lo arraigada que este una costumbre o hábito y del crarácter mismo de la sociedad (liberal o conservadora, abierta o cerrada), lo fácil o difícil que pueda resultar intentar un cambio.  Pero como se puede ver, el estudio de las acciones sociales habituales, por su peso específico y sus consecuencias es ineludible para el sociólogo.