lunes, 24 de agosto de 2009

Por qué la sociología es necesaria

En el artículo anterior decíamos que no basta con la mirada psicológica o psicoanalítica para entender a la sociedad, pués la sociedad no es la simple suma de los individuos que la conforman.
Y el individuo no es simplemente el reflejo de la sociedad, o dicho de otra manera, no es posible ver a la sociedad a través del individuo, pues la sociedad es una realidad cualitativamente diferente a la de la persona individual. Ciertamente, el individuo ha incorporado en su mente, sus actitudes y comportamientos mucho de los que es la sociedad en que vive, pero no lo hace por completo, hay cuestiones socioeconómicas, raciales, culturales, educativas y de género, que impiden que el individuo sea un reflejo o un espejo de la sociedad en que le tocó vivir. Y hay en el individuo, hombre o mujer, un núcleo muy íntimo y personal, propio, que hace posible que la percepción y la visión que del mundo social que tenga, sea necesariamente unilateral y parcial, es un punto de vista, y si bien este se retroalimenta y actualiza con el paso del tiempo y la experiencia, no es omniabarcante. Por ello, quienes creen que estudiando a un individuo conocen a la sociedad se equivocan, pues dejan de ver lo social, lo macro, lo que supera al individuo y que es cualitativamente diferente, muy distinto. Por eso la sociología es necesaria. La sociología no sustituye a la psicología ni otras ciencias sociales, pero aporta un punto de vista propio peculiar.
Cuestiones como la ideología, la cultura, las tradiciones, el folklore, la urbanización, la moda, la industrialización, y muchos otros más no son explicables observando y estudiando al individuo.
Sólo la mirada sociológica puede ayudar a conocer y entender esos hechos y fenómenos (sociales). De una manera radical, Emile Durkheim uno de los padres de la sociología propuso que lo social sólo se explica por lo social, en parte tenía la razón, pero hoy sabemos que una comprensión profunda de lo social, implica la convergencia de conocimientos originados en otros campos del saber como la ciencia política, la psicología, la historia, la economía, la antropología social y física; y a veces también necesita de conocimientos de la arqueología y la biología. Con ellos el sociólogo llega a su propia síntesis crativa y conclusiones desde su propia perspectiva. Y puede en consecuencia, hacer un aporte original y sustantivo.
Enseñar sociología como lo que es, un saber científico, es pués necesario para entender al hombre y la sociedad, pues así como no hay sociedad sin individuos humanos que la conformen, tampco hay hombre sin la sociedad, pues él es un ser gregario, es decir, un ser social, que se construye a sí mismo en contacto y en interrelación con los demás y los diversos bienes materiales, intelectuales, sentimentales, emocionales y morales que han producido. Privar a la sociedad de la enseñanza y la práctica sociológica , especialmente a las jovenes generaciones, es de alguna forma, privarlos de saberes indispensables para crear una vida mejor en el presente y el futuro.

Sociología y educación superior privada

La sociología ha estado excluida de la educación superior privada en México y muchos paises de América Latina. A difencia de otras ciencias sociales como la Ciencia Política, la Antropología, la Psicología social y general, la sociología no se enseña en las universidades privadas. Son varias las causas de este hecho. Sin pretender hacer ahora un estudio exhaustivo queremos señalar algunas de sus principales causas y de las consecuencias que producen.
En primer lugar esta un desconocimiento generalizado de lo que es la Sociología en tanto saber científico. Para muchos la sociología no es sino un conocimiento presuntuosos de lo que ya se sabe por el sentido común; para otros se le puede reconocer un espíritu enciclopédico pero igualmente inútil, y para algunos más no es sino un afán hipercrítico muy propio de gente frustrada y disgustada con la sociedad en la que le toco vivir. Se desconocen las posibilidades de que la sociología aporte conocimientos útiles y prácticos.
En segundo social, dado el desconocimiento al que hemos aludido, también es un saber respecto al cual hay grandes y graves pejuicios. Tal vez el principal de ellos sea que se vincula a la sociología con los movimientos de descontento social, con las intenciones reformistas y revolucionarias y, sin duda alguna con el marxismo (materialismo histórico y dialéctico). Lo cual sólo es cierto parcialmente, pues se desconoce que si bien la sociología nació con una intención positiva de construir una mejor sociedad (vease a Augusto Comte o a H. Spencer por jemplo), eso no significa que se estuviera necesaria y unicamente a favor del cambio radical y menos aún violento. Esta postura ha sido especialmente popular en países como México, en vías de desarrollo, o más crudamente dicho, en naciones del tercer mundo.
En tercer lugar habría que reconocer que en los grupos dominantes oligárquicos, hay un verdero miedo a un autoanálisis crítico de la sociedad. Sencillamente no se quiere saber lo qué somos y cómo somos, así como lo que hemos sido a lo largo de nuestra historia. La historia es para olvidarse y enterrarse lo más profundamente posible, donde las miserias sociales ya no sean visibles ni recuperables. Aun más, este miedo se extiende también hacia las cosas positivas, hacia los triunfos, logros, éxitos que se han conseguido. Hay una incapacidad para reconocernos alguna virtud, bondad, conquista. Se trata de una especie de autismo gracias al cual nos aislamos del presente y el pasado. Lo bueno, lo mejor sólo puede venir del extranjero, especificamente de Estados Unidos o Europa.
Puestas así las cosas, y dado que son las capas sociales privilegiadas de la sociedad las que acceden a las universidades y tecnológicos privados, aquellas que no quieren ver lo que realmente son y temen perder sus privilegios, buscan mantener su situación y ventajas en gran parte fundamentados en la ignorancia de los demás, de la mayoría, es entendible entonces que una ciencia como la sociología sea excluída. Pero al hacerlo pierden más de lo que ganan, porque cuando claman por una sociedad más segura, más justa, más equitativa y menos desigual, más estable y pacífica, no se dan cuenta, que al excluir a la sociología de sus programas de grado y posgrado, se han negado un instrumento que sumado con otras herramientas (saberes científicos y técnicos), puede coadyuvar sustantivamente en el mejoramiento de la sociedad en sus aspectos políticos, económicos y socioculturales. Creen que basta con la perspectiva psicológica o psicoanalítica que ve más hacia el individuos en particular, que a lo social. No se dan cuenta que la simple suma de individuos no hace la sociedad y que ésta última es cualitativamente diferente. Es pués necesario reivindicar el saber sociológico, impulsar la práctica científica que le es propia, aprender las lecciones que enseña, aplicar los conocimientos que produce de manera útil y práctica, para hacer realidad el sueño de muchos de sus fundadores y principales pensadores: una sociedad mejor, que permita la mejor vida posible para individuos, grupos y comunidades, para la sociedad toda.