martes, 5 de abril de 2011

El estudio sociológico de las emociones y los sentimientos

En su afán por lograr la máxima objetividad posible en el estudio de los grandes procesos sociales, políticos y económicos, la sociología, en general, ha dejado de lado al estudio del individuo. Solamente los sociólogos cualitativos han "bajado" hasta él para tratar de averiguar a través de su testimonio o de la observación detallada de su conducta, custiones de índole sociológica. Dado que lo principal han sido los procesos, estructuras y sistemas sociales, que afectan en algun sentido al individuo, no se han tomado mucho en cuenta, cuestiones que sí han sido abordadas por los psicólogos, como son las cuestiones afectivas, sentimentales y emocionales. De todas ellas faltan estudios e investigaciones sociológicas que nos digan, por ejemplo, el peso que lo irracional tiene en la toma de decisiones, ó quizás que tanto han influído los sentimientos, las emociones, en la toma de decisiones que afectarán a grandes masas de individuos. No lo sabemos, y debieramos tener algunas pistas al respecto por lo menos, ya que el asunto cobra especial importancia en la política y en la guerra, en las cuestiones mercadológicas y muchas áreas más de la vida social. Lo cierto es que muchas decisiones no son solamente racionales, sino que se ven influídas, por custiones tales como el odio, la frustración, el desprecio, ó por la amistad, la simpatía, el amor. Motivo por el cual, al tratar de explicarlas uno se topa con pared, la pared de lo irracional, y acaba uno no pudiendo decir mucho del asunto en cuestión. Estudiar toda la parte emotiva, sentimental y afectiva del ser humano es todavía una tarea pendiente para la sociología contemporánea. Hay que buecar crítica y creativamente métodos y técnicas que nos permitan tener acceso a esa parte del ser humano. Por ejemplo en la situación que ahora vive México, de violencia desbordada e incontrolable, por parte de todos los bandos en pugna, hace falta un estudio que vaya más allá de las descripciones y explicaciones racionalistas, para ir al trasfondo de las emociones y sentimientos que llevan a alguien a matar con crueldad inaudita a otro ser humano. ¿Qué hay en la cultura y en la mente de los mexicanos que nos ha llevado a tanta violencia, a tanta brutalidad, a sobrepasar todos los límites morales? La razón se queda corta, es insuficiente para explicar tales niveles y grados de violencia. Hay que buscar en las profundidades de la mente y de la cultura humana para tratar de sacar a la luz los móviles de tanta agresividad, de tan desmedida violencia, así como de tanta pasividad y conformismo ciudadano. Tal vez sólo así podamos encontrar los caminos que nos lleven de regreso a una sociedad estable y pacífica en la medida de lo posible, que seguramente será menos que lo deseable. Tal vez sólo así encontremos las rutas para alcanzar construir una sociedad mas equitativa y justa y aceptablemente armoniosa. Gran tarea la que se nos pone enfrente como profesionales de la sociología y las ciencias sociales y humanas. Pero lejos de eludirla hay que enfrentarla, con imaginación y creatividad y compromiso social. En este sentido, la psicología, la psiquiatria, la antropología, las psicologías social y política, la poesía y la literatura, seguramente muchos datos nos pueden aportar. Pero la observación, el punto de vista, debe ser sociológico.