lunes, 30 de abril de 2012

El Fluir de los hombres, las sociedades y la naturaleza

"Todo fuye" dijo Heráclito, y tenía razón. Todo fluye, cambia, se transforma, aunque esos acmbios nos resulten imperceptibles a la primer mirada. Este es un asunto muy importante e ineresante para el anlisis sociológico, tan acostumbrado a los estudios estáticos, a sacar fotos del momento, sin considerar lo que pasó previamente y lo que puede llegar a suceder con posterioridad. El sociólogo debe acostumbrarse a ver la vida como un proceso, como una constante transformación de los hombres y las cosas. Sólo así creemos se puede dar cuenta de lo qu sucede en un momento dado. Lo estático, digámosos así, sólo se puede explirar dentro del proceso, del devenir o fluir a que se refería acertadamente Heráclito. Desde otro ángulo, la esis de Heráclito es la mejor arma para hacerle entender a los conservadores y neoconservadores, que el presente no es ino un instante que es imposible mantener, como el gua, entre las manos. Y que aferrarse al pasado idílico no lleva a  ninguna parte, por la sencilla razón de que lo que piensan que puede ser mantenido, tampoco deja de cambiar en sí mismo. De ahí entonces que sus esfuerzos sean infructuosos y sí cagrados de pena, de sufrimiento, de dolor, pues se quiere conservar lo inconservable. La vida fluye más allá de la voluntad de los hombres, sencillamente está fluye pemanentemente, no se detiene, no se para, y a eso debemos acostumbrarnos. Que en esta época de la historia que nos ha tocado vivir esos cambios se hayan acelerado, no significa que en el pasado no dejó de pasar así, por lento que el cambio fuera. Si fuera posible parar el fluir de las personas, las sociedades y las cosas, ya se habría acabado la historia y el futuro se habría cancelado en forma definitiva, y ninguna de esas cosas ha pasado, y si me permiten reafirmarlo, ni dejará de pasar.
Volviendo al análisis sociológico, resulta entonces que el sociólogo debe mirar atento ese fluir de todo, para poder entender tanto lo humano como la vida misma en su conjunto, pues los cambios y transformaciones personales y sociales (económicos, políticos, culturales) se dan dentro del proceso de fluir de la vida misma, no le son agenos y menos aun externos.
Demasiado tiempo hemos visto el mundo desde la óptica humana, tal vez sea el momento de ver lo humano dentro de la naturaleza y sus procesos generales. Lo humano fluye en el conjunto del fluir de la naturaleza pues por más atificialidad que somos capaces de crear, no dejamos de ser parte integrante de la naturaleza misma. Quizá un cambio de perspectiva nos pemita ver con más claridad nuestro lugar en el mundo y la vida, así como tomar conciencia de nuestras responsabilidades como seres pensantes respecto a ella y, consecuentemente respecto a nosotros mismos como especia, como sociedades y culturas.