viernes, 2 de diciembre de 2011

El estudio de las acciones cotidianas institucionalizadas

A estas alturas es bueno recordar que en el esquema que hemos venido desarrollando, la acción debe ser considerada como una acción de carácter social, es decir, que está referida a otos actores individuales o colectivos. Lo que se debe considerar junto con el hecho de que se trate de una acción racional, con sentido e intencionada, es decir, que busca alcanzar alguna meta, cumplir un propósito, y con ello obtener algun tipo de beneficio.determinado. También se trata de acciones que de tanto repetirse, pueden institucionalizarse, es decir, volverse parte de la cotidianidad, perdurar por mucho tiempo y ser reiteradas por muchas personas que las llevan a cabo una y otra vez. No se trata de acciones al azar, ni de acciones producto de patlologías o caprichos, ni acciones extraordinarias que se salen de lo común y aceptado. Estas últimas también deben ser restudiadas por el sociólogo, pero entendiendo que se trata de casos fuera de la norma y la costumbre y que, por lo tanto, difícilmente se repetiran, ya que obedecen a condiciones o situaciones extraordinarias.
Cuando una acción individual o grupal se lleva a cabo con arreglo a un fin previsto, con una intencionalidad manifiesta, tomando en cuenta a otros actores de quien se espera alguna respuesta y mediante un procedimiento aceptado por la sociedad (legal y legítimo), entonces podemos hablar de una acción social. Y esas son las aciones que le interesan al sociólogo, pues son las que por su carácter institucional afirman y reafirman a la sociedad y las relaciones sociales que se dan en su seno. El estudio de la sociedad no puede ser fructífero si se estudia lo extrordinario, lo poco común, lo inesperado, lo excepcional o extravagante, por el contrario, la sociedad requiere el estudio y la investigación de lo que permanece durante mucho tiempo de manera más o menos estable pues esas acciones o actos expresan la manera de ser de una sociedad y su cultura correspondiente. Esto es lo que llamamos lo cotidiano, los hábitos, las costumbres, las tradiciones, lo rutinario, que se vuelve por eso familiar, y hasta "natural", lo que, dicho sea de paso, no significa bueno o conveniente y menos virtuoso. Hay sociedades en las que ciertas acciones, pese a haberse vuelto cotidianas, pueden resultar dsañinas a la propia sociedad y sus miembros, e ir en contra de la paz, el binestar y la estabilidad de la misma. De ahí entonces, que el estudio de lo cotidiano, de lo institucionalizado no significa necesariamente una actitud conservadora que avale como positivo lo que sucede en el seno de la sociedad. Puede que de los resultados de la investigación, se llegue a la conclusión de que hay cosas que modificar o cambiar para el bien de la propia sociedad y sus componentes y se asuman posturas reformistas o abiertmente revolucionarias.  Dependerá del asunto y de lo arraigada que este una costumbre o hábito y del crarácter mismo de la sociedad (liberal o conservadora, abierta o cerrada), lo fácil o difícil que pueda resultar intentar un cambio.  Pero como se puede ver, el estudio de las acciones sociales habituales, por su peso específico y sus consecuencias es ineludible para el sociólogo.
 

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