jueves, 11 de octubre de 2012

Psicología y Sociología

Emile Durkheim sostenía que lo social sólo se podía explicar por lo social, no por otros factores como los psicológicos. Si bien reconocemos mucho de verdad en esa afirmación del gran sociólogo francés, la experiencia nos ha demostrado que si bien hay hechos y fenómenos sociales que no permiten una explicación psicológica, y psicológicos que no permiten una exégesis sociológica, pues se trata de procesos mentales internos del individuo; también hay fenómenos que son inentendibles sin relacionar lo psicológico con lo sociológico. Hay hechos en que se demuestra claramente la influencia de un individuo sobre una colectividad, grupo o sociedad, a partir de sus creencias, convicciones, pasiones, aspiraciones; es el caso del liderazgo por ejemplo, sobre todo cuando este es, como decía Max Weber, carismático. Hay muchos casos en la historia de la humanidad, donde las pasiones de un hombre o mujer dieron lugar a conflictos y guerras, como en otros casos, a procesos de pacificación y de armonía social. El caso de Buda, Gandhi, Jesucristo, son buenos ejemplos de ello. Max Weber se refiere al líder carismático como aquel en que el líder tiene una serie de "dones específicos del cuerpo y el espíritu estimados como sobrenaturales (en el sentido de no ser accesibles a todos)." (Weber, 1984, p. 848). En este caso, nos encontramos claramente en la situación en la que lo psicológico y lo sociológico se encuentran y se apoyan mutuamente para la explicación de un acontecimiento o acción social.
A la inversa, lo social también puede influir determinantemente el ánimo del individuo. Y en ese caso, las expoliaciones meramente psicológicas o psicoanalíticas de poco servirán. Ante una depresión producto, por ejemplo, del desempleo (paro como dicen en España), se tendrá que recurrir a una interpretación de las condiciones sociales, económicas y políticas que influyen en que determinado tipo de personas sean despedidos o jubilados, aun cuando están sanos, con conocimientos y experiencia suficiente, para seguir trabajando productivamente.
Entonces hay que reconocer que en muchos hechos y fenómenos tanto individuales o colectivos (sociales), se debe recurrir tanto a los conocimientos que aporta la psicología como la sociología. Ambas ciencias ese complementan no se excluyen, ni se anulan la una a la otra.
En la línea de la complementariedad entre psicología y sociología han trabajado sociólogos como, Charles H. Cooley, William I. Thomas, Wilfredo Pareto y Max  Weber a quien hemos citado anteriormente y otros muchos más.

Bibliografía:

Durkheim, Emile. LAS REGLAS DEL MÉTODO SOCIOLÓGICO. Buenos Aires, Ed. La Pléyade, 1979.
Timasheff, Nicholas S. LA TEOR'IA SOCIOLÓGICA. México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
Weber, Max. EOCONOMIA Y SOCIEDAD. México, Fondo de Cultura Económica, 1984.