martes, 22 de septiembre de 2009

Sociología económica

En esta oacción quiero referime a la sociología económica, una de las ramas de la sociología menos trabajada en México y creo que en el tercer mundo también. La sociología económica, se remonta al pensamiento de los clásicos en economía y a los primeros sociólogos allá, en el siglo XIX. Entre ellos resaltan Herbert Spencer, Emile Durhheim, Max Weber y George Simmel, entre otros. Sin olvidar los importantes aportes realizados por Karl Marx.
Lo importante para esta rama de la sociología no es tanto los procesos económicos en sí mismos, la operación de los mercados de bienes y servicios o los financieros, la demografía, la población económicamente activa, el desempleo, y otras cuestiones por el estilo, de las que se ocupan precisamente los economistas profesionales. Lo importante, es como todas esas cosas se vinculan con otras áreas, campos o temas no económicos, como la política, la cultura, la educación o la salud por poner unos ejemplos. Dicho de manera más general, lo que importa a la sociología económica, es como una sociedad determinada, específica histórica, se las arregla para salisfacer sus necesidades materiales de sobrevivencia. Es decir, como esa sociedad se organiza y trabaja para la satisfacción de esas necesidades básicas materiales y otras más de índole cultural, poltico, etc., en un tiempo historicamente establecido y en lugar específico, de acuerdo a determinadas condiciones no sólo culturales (donde se incluye el desarrollo cintífico tecnológico), sino también de las fuerzas productivas), y del medio ambiente concreto (clima, hidrografía, vegetación, fauna, topografía). A partir de la perspectiva arriba señalada, el tema de la sociología económica resulta especialmente relevante. Estudiar para el caso mexicano en particular, o latinoamericano en el caso regional, o del tercer mundo en general, es especialmente importante, si de lo que se trata es de econtrar las vías o los caminos para encontrar una salida a un régimen capitalista con marcado tinte colonialista y con el conocido interés de extraer las riquezas locales de manera depredadora. Entender la manera en que se ha organizado y opera el sistema capitalista impuesto autoitariamente desde afuera por las élites oligarquicas locales y extranjeras, es una tarea a realizar. Comprender como se ha organizado el sistema capitalista (de manera imperfecta, sin encajar adecuadamente con el resto de las estructuras de la sociedad) en cada nación del subcontinente y del tercer mundo es vital para lograr su transformación y reducir sus nocivos efectos no sólo en el propio ámbito económico, sino en otros sectores de la vida social.
La perspectiva sociológica busca entonces, ir más allá de las teorías e hipótesis meramente conómicas y dar el salto para poder entender lo económico dentro del marco social más amplio y general. Sin duda lo económico es vital para la sobrevivencia de la sociedad, sus clases, grupos, organizaciones y personas, por ello es necesario, desde una perspectiva más amplia y general, y multidisciplinaria ver lo económico en relación a los otros componentes de la sociedad. Por ello hay que avanzar más allá de las explicaciones fundamentadas en modelos teórico y abstractos, pero sobre todo hay que brincar por encima de quienes en la actiud más obtusa, obscena y anticientífica pretenden meter la realidad en el modelo teórico y no como en realidad debe suceder, que es adaptar el modelo teórico abstracto a la realidad, ya que éste, se quiera o no admitir, es sólamente una simplificación en gran medida arbitraria.
La sociología económica puede pues brindar uan explicación más coherente y precisa (que la propia economía), de por qué los modelos económicos capitalistas han fracasado en procurar crecimiento y desarrollo económico, equidad y justicia distributiva, y para acabar más pronto, mejores niveles de vida y bienestar a la mayoría de la población en los países del terer mundo.
De entrada proponemos la hipótesis que los modelos económicos capitalistas, por su carácter colonial y explotador, y su afán exportador de las riquezas hacia los países desarrollados del llamado primer mundo, no han buscado el crecimiento ni el desarrollo ni el bienestar de los habitantes de los países en que se ha impuesto. Han sido modelos que no han encajado por su origen y metas, en las estrucuras sociales, culturales y políticas nativas, a la cuales han deformado y debilitado, por cierto, peligrosamente.