jueves, 7 de junio de 2012

La parte en el contexto del todo desde la perspectiva sistémica

Uno de los aspectos más problemáticos de la teoría de sistemas y el análisis estructural-funcional es que a la hora de aplicarlos, se olvida, uno de sus principios metodológicos básicos, que es la idea de que todos los elementos del sistema están interelacionados entre sí y que, por lo tanto, no pueden ni deben ser aislados del conjunto del que forman parte. Si bien todos los investigadores y académicos que estudian y desarrollan estso enfoques teorico-metodológicos, afirmarían que no se deben separar las partes para ser estudiadas aisladamente, a la hora de la práctica esto no sucede así. Se desune el todo y se confina el elemento a estudiar, lo que no logra otra cosa  sino que se pierda gran parte de la riqueza del análisis y con ello, un entendimiento más profundo y real del asunto estudiado. Aquí abogamos por un análisis en el que el subsistema o elemento a estudiar no se le aisle ni separe, porque en la realidad social, tal cosa no es posible. Es más las cosas adquieren su significado real más preciso cuando se les ve dentro del contexto más amplio, es decir, el sistema, o el conjunto de la estructura del propio sistema. Ningún elemento sociocultural relevante puede describirse adecuadamente sin hacer referencia  al conjunto de elementos con que se interrelaciona. Y esto es válido en casos de psicoterapia, donde la persona disfuncional tiene que verse en el contexto de la familia completa de la que forma parte integrante, o en casos como el estudio de un objeto material cuyo significado aparece al relacionarsele con una cultura, una época, una situación, una práctica o tradición. El significado de tomar té, es muy diferente en Japón, que en Inglaterra o México. Puede ser incluso el mismo té, pero el valor y significado sociocultural difiere radicalmente. Y esto es algo que el sociólogo no debe olvidar a la hora del trabajo de análisis y reflexión. Como hemos dicho anteriormente, muchos teóricos de sistemas o estructural funcionalistas, acaban llevando a la investigación prácticas más bien de corte positivista, que desvirtúan y degradan el valor del análisis sistémico que pretende ver la parte en el contexto más amplio del todo. Lo humano, lo social, no puede aislarse pues hacerlo induce a graves errores descriptivos e interpretativos.
Ahora bien, sostener que la parte debe ser estudiada en el marco de la totalidad, no significa sostener que dentro del sistema todo es armónico y que cada parte es funcional respecto a la totalidad. Dada la complejidad de los sistemas sociales modernos y su dinámica, la posibilidad del conflictos y cotradicciones es muy alta. La realidad nos enseña que los conflictos están a la orden del día y que parte del trabajo de análisis sistémico se debe enfocar precisamente a estudiar las causas y los motivos que en un momento dado causan conflicto y confrontación entre las partes. La tendencias entrópicas se intensifican entre más complejo y dinámico es el sistema. De hecho tal vez uno de los temas de mayor interés sociológico sea el estudio de los elementos que producen, a pesar de las tendencias entrópicas, el orden y la estabilidad, es decir averiguar las causas por las que una sociedad o un Estado.nación se mantiene más o menos unido y estable a pesar de la guerras civiles, revoluciones, disidencias, descontento, etc.  Lo que no significa asumir una posición conservadora en favor de dicho orden, que posiblemente por muchos motivos debiera ser cambiado, aunque eso ya es tema de la práctica política y al ética.