viernes, 15 de junio de 2012

Anáisis sistémico de la acción social y estructura de clases

Uno de los problemas del enfoque sistémico y el estructural funcionalista es uq no contemplan en su andamiaje una estrcura de clases sociales y cuando lo hacen, lo llevan a cabo de una manera que queda poco claro como se diferencían en sus interior las sociedades. Se evita el problema del conflicto y todo lo que éste conlleva. Y por eso mucho del análisi pierde valor y utilidad. Si se parte de un sistema de la acción social, y se sostiene que lo importante es la acción racional con arreglo a fines, individual o colectiva (organizaciones), entonces el asunto del conflicto se vuelve un tema crucial ineludible para el análsis sociológico. pero, ¿dónde queda la estructura de clases en el análisis sietémico? Evientemente es externa, es parte del entorno en el cual opera el sistema de la acción. Sin esa referencia a una estructura de clases, a un posicionamiento en ella, cualquier análisis resulta inructuoso. La acción social tiene como finalidad el logro de ciertos objetivos, alcanzar determinadas metas, y estas no se establecen en el vacío. La condiciones económicas, socioculturales (tradiciones hábitos, costumbres) y políticas por un lado, las motivaciones internas, los intereses particulares, las aspirciones personales por el otro, influyen en la conducta del actor. Y éstas pueden ser determinadas solamente con referencia a una etructura de clases, como a un pefil de la personalidad del actor, aunque vale decir, dicho perfil está en gran medida determinado.
En la medida en que la acción es hecha por actores (individuos colectividades) difereneciados unos de otros, la posiblilidad de conflicto esta siempre presente aunque no siempre se manifestará.
Al introducir el asunto de la estructura de clase sociales queda entonces abierta la puerta para el conflicto  y con ello se derumba la idea un tanto inocente de la pertinencia y armonía de todos los elementos que conforman un sistema y su colaboración en beneficio del todo. En una sociedad abierta, libre  y demcocrática es imposible que no existan conflicto, y mucha veces éste es el motor del progreso y del logro de mayores libertades para todos los miembros. No siempre el conflicto tiene un carácter negativo y una finalidad destructiva. Pero si es, sin duda, uan expresión de que los intereses, los objetivos y metas de individuos y colectividades son diferentes debido al diferente posicionamiento de unos y otras en la estructura de clases sociales. Igual cosa puede decirse de sus visiones e interpretaciones del mundo. No es concebible que un marginado, un obrero, una ama de casa, un pequeño empresario o un mimembro de las clae más elevadas de la sociedad piensen igual y quieran lo mismo. Pretender semejante cosa no ses sino vana ilusón o estéril fantasía.