viernes, 23 de diciembre de 2011

El compromiso del sociólogo, una decisión personal

Si el sociólogo debe o no comprometerse con tal o cual causa política, económica y social, en qué grado y en qué medida, ha sido tema a discutir desde el nacimiento de la sociología como ciencia. Y conforme ha venido pasando el tiempo, debido a las circunstancias que nos plantea la vida real en cada país, región o ciudad en que vive el sociólogo, las posturas frente a esta discusión han variado. Pero lo que parece venir quedando claro es que la decisión sobre si se deben o no asumir compromisos  de tipo sociopolítico o si se debe mantener una posición más académica y científica, es una decisión de carácter personal y no gremial o institucional. Es una decisión que atañe al sociólogo como persona y como profesional. No es algo que un colegio, asociación profesional, o agrupación pueda o deba decidir. Es una decisión que en conciencia debe ser tomada por el sociólogo para resolver esa situación dialéctica entre la racionalidad y cientificidad por un lado, y las emociones y sentimientos producidos por el contacto sensible con la ralidad, por el otro lado. Conflicto nada fácil de resolver y que sin embargo debe ser solucionado por cada sociólogo en lo más íntimo de su conciencia, de acuerdo a su moral, sus intereses personales y profesionales, sus expectativas y, sin duda, sus experiencias de vida. Así que cada sociólogo debe hacerse responsable de su decisión y nadie más. Lo que si se le puede exigir desde fuera, es coherencia en sus actitudes y comportamientos  de acuerdo a su postura asumida. No se puede, por ejemplo, decir que se está del lado de los pobres y marginados apoyando políticas públicas que benefician a los más ricos. No se puede decir que se está a favor de la paz, la justicia y la dignidad, apoyando el uso indiscriminado e impune de la fuerza pública policiaca; no sepuede decir que se está a favor de los trabajadores y su derecho al empleo y salrio adecudos para una vida digna, apoyando medidas neoliberlales que favorecen descaradamente al capital. Y así podríamos citar muchos ejemplos mas.
Desde nuestro particular punto de vista, a la luz de la lacerante realidad política, económica y sociocultural que vivimos, la sociología como saber científico y el sociólogo como profesional de la misma deben comprometerse por averiguar, analizar, reflexionar, las cusas de los problemas que hoy vivimos, y con la proposición de laternativas de solución a los mismos. Usando las teorías, métodos y técnicas de investigación a su alcance, debe proponerse ir al fondo de las causas originarias de dichos problemas y no quedarse en el nivel del estudio de los efectos que muchas veces se les confunde con las causas mismas. Menos aun limitarse a la denuncia y la condena pública. Por ejemplo, es muy probable que la delincuencia organizada, el tráfico de drogas, hombres, mercancías ilegales, armas, no sea sino los síntomas de una enfermedad más profunda y menos evidente de nuestro modo actual de vida. Igual cosa se puede decir de la violencia en el hogar, el trabajo o la escuela cuyas cusas reales no se ven a simple vista. La sociología en tanto ciencia social debe estudiar esos efectos para poder mirar sus causas y proponer soluciones, o por lo menos explicaciones válidas que posibiliten generar respuestas para resolver esos problemas.