sábado, 14 de abril de 2012

Heráclito: "todo fluye", aporte al análisis sistémico funcional

Heráclito (540-480 a.C.) pensaba que uno de los rasgos más caracaterísticos y básicos de la naturaleza eran los cambios constantes. Heráclito sostuvo que todo está en movimiento y que, por lo tanto, nada dura eternamente. También sostuvo  la idea de que  el mundo está caracteriado por constantes contradicciones, con lo que hechó abajo toda idea de desarrollo lineal y armónico exento de conflictos. Aplicado al esquema funciional que hemos venido desarrollando en este blog, el pensamiento de Heráclito nos hace notar dos cosas muy importantes, que si se quiere realmente dar cuenta de si las cosas funcionan ya sea en función de un todo (Malinowski) o de un grupo particular, o un actor Merton), en lugar de hace cortes a manera de rebanadas de pastel, que nos permiten ver como las cosas en un momento determinado, lo que habría que hacer es ver el asunto concibiéndolo como un proceso, es decir como algo que se mueve a lo largo del tiempo, o como bien dijo Heráclito, como algo que fluye y que en ese fluir cambia y se transforma. Esto último, nos lleva, necesariamente, a darnos cuenta que entonces las necesidades que generan una acción específica y la acción misma también son cambiantes. No son lo mismo las necesidades de un niño, que las de un adolecente o una persona de la tercera edad; tampoco las son las de un grupo humano que vive en el clima cálido caribeño, a quienes viven en los extremo polares del planeta. y aun en un mismo día y persona, las necesidades que se tienen a cierta hora de la mañana, no son las mismas que las que se puedn tener por la noche. De ahí que es el estudio dinámico, procesual, el que más puede aportar a un análisis funcional. Igual que los hombres, las comunidades y sociedades cambian y sus necesidades varían, por lo que, consecuentemente, sus acciones resolutivas también deben ser diferentes.
Siguiendo al mismo Heráclito, también debemos reconocer que un enfoque funcional debe reconocer la contradicción como un elemento central del devenir de la biografía individual y la historia colectiva. Cambios internos y externos (contextuales y situacionales) así como la irracionalidad propia de la naturaleza humana, pueden conducirnos a la contradicción en actitudes y conductas. Es algo que observamos todos los días, en todas partes. La irracionalidad se debe volver parte de la ecuación del análisis sistémico funcional, tanto como la incertidumbre a que hacía referencia Luhmann. Pretender la racionalidad absoluta del ser humano no sólo es negar una paste sustancial de la naturaleza  humana, sino es negar un elemento fundamental para la investigación funcional individual o colectiva. Sin la consideración de la irracionalidad muchos problemas y acciones sociales resultan sencillamente inetendibles y muchas contradicciones irresolubles.
Finalmente Heráclto aporta una idea más importante para el enfoque analítico sistémico funcional, la idea de que totalidad no significa armonía completa entre los elementos que la conforman. Malinowski sostenía la funcionalidad (armónica) de cada elemento respecto al todo y, por Heráclito podemos darnos cuenta de que puede existir esa totalidad sin que haya arminía completa de las partes componentes entre sí y respecto al todo. Por lo que la aspiración a una armonía y coordinación total entre las partes no es sino un acto de buena fe, en el mejor de los casos. En todo caso si podamos conceder que la armonía y la coordinación pueden darse temporalmente en ese constante fluir de las cosas en mayor o menor medida, o dicho de otra manera, que las contradicciones pueden ser mayores o menores y que la aspiración debe ser mantenerlas bajo control de tal manera que no se agraven hasta el punto de poner en riesgo la existencia de la totlaidad. En este sentido, todo proceso de intervención psicosocial debe tender no a eliminar las contradicciones, sino a reducir su gravedad al gardo que permitan el libre flujo de la vida individual y colectiva, y la relación entre ambas. El conflicto bien entendido también puede ser fuente de crecimiento personal y social.