miércoles, 30 de diciembre de 2009

La acción social racional con arreglo a fines; un ejemplo real

Retomemos el ejemplo de las acciones que emprendió el pueblo paraguayo despues de su derrota en la guerra de la Triple Alianza, a que nos referimos en el artículo anterior. Decíamos que los sobrevivientes de la guerra, tuvieron que iniciar un proceso de repoblación y reconstrucción de su país. Esto fue producto de una acción social intencionada, es decir, con sentido y arreglo a un fin. La sobrevivencia de la nación paraguaya. Este hecho encaja muy bien en la definición que Max Weber da de la acción social, y que sirve de base para el sistema de la accción social de Parsons que hemos venido tratando anteriormente. Weber dice: "Por 'acción' debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o en permitir) siempre que el sujeto, o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La 'acción social' por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientandose por esta en su desarrollo". (Weber, 1984, p.5) Esa orientación de la acción, puede basarse en pasado, en el presente o en el futuro. En el pasado la orientación de la acción social proviene de la guerra perdida y la situación creada por la pérdida del conflicto; en el presente la acción se orienta en función de la situación de desastre en que había quedado la nación en términos humanos, materiales y hasta morales; recuerdese que el país pierde 80% de su población masculina; y el elemento relativo al futuro aparece en la intención de reconstruir la nación, repoblar el territorio y reestablecer el quilibrio entre hombres y mujeres. La acción se orienta también hacia el pasado en el sentido de recurrir a una práctica ancestral de los guaraníes, la poligamia, para reproducir a la población fuertemente diezmada, en particular la varonil. Weber agrega posteriormente a su concepto de acción dos elementos más: la racionalidad y el arreeglo a fines. Se entiende que las medidas adoptadas por las autoridades y la población no obedecieron a una cuestión meramente biológica e instintiva, sino que hubo un razonamiento con el fin de establecer políticas y estategias que permitieran al país levantarse de la derrota y salir adelante (entre ellas la poligamia) y hubo un fin a lograr ya mancionado: la sobrevivencia del pueblo y la nación paraguaya. La referencia al comportamiento ajeno,es decir, de terceras personas, en este caso es la referencia a las acciones de las tres naciones que conformaron la Triple Alainza: Argentina Brasil y Uruguay.
Hemos retomado aquí la definición de Max Weber sobre la acción social, subjetiva, racional y con arreglo a fines, ya que es una idea fundamental para entender el constructo teórico de Parsons. El ejemplo de la guerra entre el Praguay y Arentina, Brasil y Uruguay, nos ha permitido poder ejemplificar como funciona el elemento central de la acción social tanto como lo concibió originalmente Weber y como luego lo utilizó fructiferamente Parsons en sus esquema del sistema de la acción social Finalmente hemos podido ver una aplicación práctica de algunos de los conceptos sociológicos desarrollados por ambos autores.

El subsistema de apoyo en el contexto de la sociedad

Cuando Talcott Parsons se planteó el asunto de la renovación de los cuadros políticos, de la selección y elección de miembros para los distintos poderes que conforman la democracia, desarrollo la idea de la existencia de un subsistema de apoyo. Tomando como punto de partida esa idea, consideramos que sería de gran interés sociológico y demografico, ampliar por así decirlo, el ámbito de acción de ese subsistema, para considerar de manera más extensa el problema de de la renovación de la sociedad en su conjunto y de las diversas organizaciones intermedias de todo tipo que la conforman. Sin duda alguna un tema fundamental de estudio sociológico es la renovación continua de la sociedad en todos sus niveles y variantes, no sólo en el aspecto de los cuadros dirigentes del gobierno. La renovación s un proceso social básico y fundamental para la reproducción de la sociedad. Toda sociedad se ve obligada para sobrevivir a reproducirse y con ello a renovar a las clases sociales, las organizaciones, los grupos y aun las colectividades más pequeñas como la familia. No es un asunto meramente biológico sino también sociocultural. La sociedad debe permitir que lleguen y se desarrollen nuevos miembros, que se desarrollen nuevas ideas, filososfías e ideologías, que se expanda la ciencia, la tecnología y el arte. Para eso, es necesario que la propia sociedad desarrolle las instituciones, los mecanismos y los procedimientos que hagan posible esa renovación constante. La sociedad tiene que rejuvenecer para a la vez conservarse. Así sucede con todos los organismos vivos y, por supuesto, con la sociedad, sus instituciones y organizaciones, desde las más básicas y elementales hasta las más grandes y sofisticadas. Un buen ejemplo de lo que estamos tartando es la historia del Paraguay, que despues de la guerra de la Triple Alianza, contra Brasil, Argentina y Uruguay, en que perdió a la enorme mayoría de su población masculina, especialmente los hombres jovenes y maduros, se vió obligada a recurrir a la vieja institución de los indígenas guaraníes, la poligamia, para reedificar la nación y reestablecer el equilibrio entre el número de hombres y mujeres. Le tardó más de un siglo a la hermana nación paraguaya lograrlo. Este es un muy buen ejemplo de como una sociedad buscó los mecanismos y procesos para lograr su reconstrucción y sobrevivencia. Es un ejemplo real de como funciona el subsistema de apoyo al que se refirió Parsons, pero que en esta participación hemos llevado más allá del ámbito político para verlo en el contexto más amplio de la sociedad en general.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Renovación de la clase política

La propuesta de Talcott Parsons referente al subsistema político, o de apoyo, como el lo denominó, nos lleva a plantearnos la necesidad de poner atención y estudiar más a fondo como se ha construído y renovado la clase política mexicana. De cara la los 10 procesos electorales que se vienen encima en el año 2010, al provecto de reforma políica presentada por el presidente Calderón, y a las elecciones presidenciales del 2012, se hace necesario urgente el estudio de los mecanismo y procedimientos de reclutamiento y selección de candidatos a legisladores y funcionarios de la administración pública, que son el núcleo central de la clase política. Dos elementos nuevos deben de ser considerados especialmente en la investigación, la posible reelección de legisladores, presidentes municipales y jefes delegacionales; y la posiblilidad de candidaturas independientes, ya que ambos, de aprobarse, cambiarían la faz de la clase política nacional. La reelección en la medida en que obstaculizaría la renovación constante de los cuadros políticos -con el peligro del envejecimiento de la misma- y las candidaturas independientes que romperían con el oligopolio de los partidos políticos, permitiendo la participación de nuevos actores en el escenario político. Dos elementos más, en el mismo sentido, serían: la revocación de mandato y la rendición de cuentas. Ambos elementos coadyuvarían a sanear y renovar a la clase política, ya que cuando un legislador o funcionario no cumpliese con el mandato ciudadano ys us expectativas, podría ser removido de su cargo de inmediato, no al final de su periódo de ejercicio.
A la par habría que considerar la "transparencia" en el ejercicio de sus funciones, el plebiscito y el referendum.
El problema planteado por Parsons es central para entender el funcionamiento del conjunto del sistema social en general y del subsistema político en particular (subsistema psíquico o personalidad). Tiene que ver con quién adquiere el derecho a legislar y gobernar, en que condiciones jurídico políticas y por qué lapso de tiempo. Temas que son centrales para el funcionamiento del aparato político.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Lugar del subsistema político en la jerarquía cibernética

Uno de los problemas que Talcott Parsons dejó sin resolver, fue el lugar que el subsistema político, de apoyo o legitimación ocupaba en su esquema, en términos de la jerarquía cibernética. Si n pertender dar una solución definitiva al problema, sino más bien con el ánimo de despertar la reflexión de los interesados, proponemos lo siguiente: que el subsistema político debiera ocupar un lugar entre el subsistema biológico y el subsistema psíquico, debido a que está por su papel más relacionado con el aporte de energía que con el de información. Recuerdese que a este subsistema le corresponde, según Parsons, la selección y elección, y vale decir, la renovación de los gobernantes y representantes populares, es decir, le corresponde aportar la energía gracias al cual el aparato político puede funcionar. Esa energía queda materializada en los hombres y mujeres que conforman la clase política, en los gobernantes y representantes ya mencionados anteriormente. En este contexto aparece como un elemento muy importante el tema de los tiempos adecuados para la selección y elección de los nuevos políticos. En las democracias occidentales han quedado establecidos tiempos específicos, periódicos, para tal renovación o reconfirmación, pero no siempre es así, puede ser que algunos miembros se perpetuén indefinidamente en sus puestos o curules y no sea sino hasta la muerte o jubilación o la incapacidad por cualquier motivo, que el puesto quede vacante. Pero aun en estos casos, el sistema social debe tener previstos los mecanismos adecuados para la sustitución y renovación de sus gobernantes y representantes. Máxime en una democracia. Graves problemas político sociales se han dado en las sociedades en donde los procedimientos y mecanismos de renovación no han operado adecuadamente. La acaída del régimen de Porfirio Díaz a principios del siglo XX en México es un buen ejemplo de la problemática que nos plantea Parsons, o los dilemas que nos plantea el presente, con la posible reelección de legisladores, presidentes municipales, jefes delegacionales, ayuntamientos. De igual manera se presenta la alternativa de las candidatos independientes.
Pero regresando al tema de esta ocación, Parsons nos ha planteado un dilema especialmente relevante para la sociedad, el de la selección, elección de las autoridades de manera que sea tanto legal como legítima, es decir, aceptada por la sociedad. La sociedad necesita de esa renovación de energía de manera estable y regular. En la base queda el problema de mantener la estabilidad del sistema a la vez de renovarlo periódicamente de manera insitucionalizada, evitando en lo posible tensiones y resiones inmanejables, dado que nadie es eterno . Como se puede ver entonces, la energía es tan importante como la información que proviene de los niveles más altos en la jerarquía cibernética. Desde la base se aporta ese importante elemento que es la energía, gracias a la cual el sistema social de la acción puede funcionar adecuadamente En los procesos de renovación, selección y elección, tanto la información como la propia energía son indispensables y deben combinarse apropiadamente. Se necesita de hombres y mujeres, de que estén saludables y fuertes, pero también se necesita saber de quienes son ellos, cual es su ideología, principios, valores, proyectos,planes, es decir, información.

El subsistema político en la perspectiva de Talcott Parsons

El pensamiento de Talcott Parsons nunca se estancó. Pese a que conservó una línea general, no dejó de estar abierto a nuevas ideas y evidencias que enriquecieran su obra sociológica. Entre sus últimos aportes, Parsons incluyó en su esquema un último subsistema de la acción, el subsistema político, al que él le atribuyó la función de proverr los mecanismos mediante se adquiere la autoridad y se renuevan los cuadros políticos. Parsons lo denominó subsistema de apoyo o legitimación. Su función es otorgar autoridad y poder legítimos y legales a los gobernantes y representantes populares. Su conjunto estructural lo consituye el aparato electivo, laas asociaciones y partidos políticos. El subsistema se concreta en el aparato electoral y los mecanismos de elección de gobernate y representantes. Su papel, consecuentemente, es el de ejecutar los procesos de selección y elección de los futuros gobernantes y representantes.
Por eso este subsistema de la acción no debe confundirse con el subsistema psíquico o personalidad, cuyo papel es plantear iniciativas, elaborar políticas, alacanzar metas preestablecidas y la evaluación de las acciones realizadas. El subsistema político o de apoyo aporta al conjunto los actores políticos y el subsistema psíquico establece las políticas, los fines y metas a conseguir. Ambos subsistemas se complementan a la vez que tienen claramente diferenciados sus imperativos funcionales y sus respectivos papeles.
La propuesta de Parsons no dejó de despertar polémica y severos cuestionamientos, se le acusó de tener una visión enclaustrada en el medio cultural norteamericano y en el modelo político democrático, critica que en cierta medida es verdadera. Sin embargo, dejó planteado un problema real de todo sistema social, o para ser más específico, de toda sociedad concreta y real.
Esto es, cómo se las arregla la sociedad para hacer llegar al poder y la autoridad políticas de manera legal y legítima, y cómo posibilitar la renovación de la clase política de igual manera legal y legítima, es decir, aceptable para el conjunto de la sociedad. Lo cual no es un asunto de menor importancia. Aun en regimenes de corte dictatorial o fascista, en monarquías absolutas o en una sociedad medieval, por poner solo unos ejemplos, el problema existió, aunque adquiriendo distintas formas y ejerciendo distinto tipo de soluciones, muchas de ellas cuestionables o incluso inaceptables, desde una perspectiva humanista, democrática y liberal.
Así puéws, Talcott Parsons nos dejó un esquema de cinco subsistemas del sistema de la acción, que pretendían dar cuenta de como en una sociedad real se tratan de satisfacer los imperativos funcionales (necesidades básicas) de toda sociedad contemplada en términos sistémicos.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los subsistemas de la acción

Parsons ordenó los cuatro susbsistemas de la acción social de acuerdo a la jerarquía ciberntética, colocando al subsistema cultural, el más rico en información, en la parte más alta de su esquema, a continuación colocó al subsistema social, luego al psíquico (personalidad) y en la base al biológico, que decía él era el más pobre información pero el más rico en energía.
Al subsistema cultural Parsons atribuyó la pertenecia de los elementos simbólicos, tales como los conocimientos, los valores, las ideologías, en general, toda la información gracias a la cual el actor puede ejercer la acción. Este subsistema puede ejercer control sobre los otros tres subsistemas que quedan por debajo de él. Su función es la estabilidad normativa. En éste subsistema están todas las instituciones sociales que crean y recrean cultura, tales como la Iglesia, la familia, y las demás estructuras de educación y socialización.
En el susbsistema social, Parsons incluyó todas las condiciones implicdas en la interacción de los individuos que conforman las distintas colectividades que existen en la sociedad. Su función es la integración, es decir, la coordinación entre todas las unidades del sistema, especialmente en aquello que contribuye a la organización y el funcionamiento del conjunto. Aquí se encuentran las relaciones sociales, tanto como la normatividad que rige en la sociedad. Parsosn identificó a este subsistema con el aparato judicial.
En tercer lugar, está el subsistema psíquico o personalidad, al que Parsons atribuyó la prosecución de objetivos, o sea, la capacidad para proponerse y alcanzar determinadas metas y fines. Parsons identificó este subsistema con el poder, la dirección, el gobierno. Se trata de la estructura política de la sociedad. Vale decir, que es el subsistema de la acción intencionada y con sentido.
Finalmente, en la base, encontramos al subsistema biológico cuya función es la adaptación y que engloba a las estructuras e instituciones económicas. Es el subsistema identificado con el mundo material y con los procesos económicos.
Aunque Parsosn remarca la interdependencia entre estos cuatro subsistemas, tal interdependencia no es horizontal sino vertical y está jerarquizada, bajo el principio de mayor a menor información y de menor a mayor energía. Recuérdese también que toda acción es "molar" es decir, se realiza en los cuatro subsistemas simultáneamente. Es, por así dcirlo, una acción integrada y, cuando no lo es así, los problemas aparecen. Esto significa que Parsons avaló el principio funcionalista de la contribución funcional de la parte con respecto al todo (Malinowski), aunque aquí el todo no es la sociedad sino la acción racional intencionada y con sentido. "La jerarquía cibernética nos muestra que se trata más bien de una estructura de interdependencia basada en el escalonamiento sucesivo de los mecanismos de control de la acción." (Rocher, G. 1985, p. 370)

domingo, 29 de noviembre de 2009

El Sistema de la Acción Social, la propuesta de Parsons

Siguiendo con la obra del sociólogo norteamericano Talcott Parsons, él nos plantea que toda acción ya sea individual o colectiva puede verse en una doble dimensión, esto es, como una acción que se inscribe en cuatro contextos, a saber, cultural, social, psíquico y biológico, y como una acción que se lleva a cabo en los cuatro subsistemas de la acción social, cuyos nombres son los mismos: cultural, social, personalidad (psíquico) y biológico. Parsosn toma la idea de la acción social de Max Weber, el gran sociólogo alemán. Éste último sostiene que la acción es racional y con arreglo a fines, es decir es una acción con intención, con determinados objetivos a alcanzar.
Pues bien, la acción social, dice Parsons, se lleva a cabo en el contexto de una cultura determinada, en base a una cierta normatividad, con cierta intención, como ya decíamos, y con las limitaciones y posibilidades que impone un organismo vivo. Y dicha acción se lleva a cabo, dice él, reafirmando ciertas pautas culturales, valores; poniendo en práctica ciertas normas y modelos de conducta, con cierta intención del actor y movilizando su organismo.
Considerar la acción en estos términos significa entonces que podemos analizarla a partir de los cuatro contextos y subsistemas y determinar cuando la acción no ha sido exitosa, en donde ha fallado, para en su caso, entender las causas de ese fallo y dónde se efectuó éste; posteriormente se pueden hacer los ajustes y correecciones pertinentes en cualquiera de los subsiemaas de la acción.
Como se podrá observar, ya sea que se trate de una conducta individual o grupal, se puede analizar dicha acción de manera integral y sistémica. y así entender que no se puede caer en el reduccionismo de la monocausalidad, para evaluar por qué una acción ha sido efectiva o ha fallado. Se tiene que partir de la idea sistémica de la interdependencia de los subsistemas entre sí, y del hecho de que una afectación en una subsistema incide de alguna manera y en algún grado a los demás. Para que el análisis pueda ser realizado hay que partir de definir al actor, la intención que lo mueve a actuar (imperativo funcional, es decir, necesidad) y la acción que se ha llevado a cabo.Cuando la acción no ha tenido éxito y no ha logrado por tanto, su objetivo, se puede dar el paso de llevar a cabo un trabajo de ingeniería social con el fin de corregir o cambiar aquellos elementos que no han funcionado adecuadamente y han impedido el logro de la meta propuesta inicilmente. Se pueden analizar desde esta perpectiva, políticas sociales o económicas, programas de gobierno, proyectos empresariales, planes personales.

martes, 24 de noviembre de 2009

Talcott Parsons

Talcott Parsons es sin duda uno de los sociólogos más importantes del siglo xx y el más destacado representante de la tradición analítica. A Parsons debemos la elaboración de un esquema analítico llamado el Sistema de la Acción Social, en el que el autor pretende dar cuenta de manera general abstracta de las necesidades básicas que toda sociedad u organización debe cumplir para funcionar adecuadamente, así como de los subsistemas de la acción mediante los cuales esas necesidades (impertaivos funcionales) deben ser satisfechas. El esquema parsoniano parte de dos principios fundamentales: el todo es más que la suma de las partes, y las partes que conforman un sistema están estrechamente relacionadas entre sí, de tal manera que lo que pase en un subsistema afecta de alguna manera y en cierta medida al todo al que pertenece.
El esquema propuesto por Parsons permite así, llevar a cabo un análisis de la sociedad y descubrir aquellas areas (subsistemas) que al no funcionar adecuadamente, contribuyen negativamente a la inestabilidad social y entonces, mediante una "ingeniería social" hacer los cambios adecuados para la re-estabilización del conjunto del sistema social. Robert King Merton, alumno de Parsons, agregaría que cuando una institución social no cumple con su función esta podría ser modificada, reformada o incluso sustituída por otra, lo que implicaría ya un cambio que podríamos denominar como revolucionario. En términos de Parsons eso significaría que al fallar gravemente uno o varios de lo subsistemas sociales, bien podría darse un cambio revolucionario y no una mera reforma re-estabilizadora. Asunto especialmente importante para la sobrevivencia de uan sociedad determinada. Por ello retomar la obra de Talcott Parsons puede ser especialmente importante para utilizarla para llevar a cabo ese trabajo práctico de investigación, que pudiera dar lugar a una evaluación de las áreas que está siendo disfuncionales y que requieren la aplicación de medidas correctivas o su transformación radical. Por cierto que retomar su trabajo y revisarlo, permitiría también avanzar en seguir desarrollando su sugestivo enfoque sobre la sociedad moderna, desde una visión sistémica (estructural funcionalista), adecuandolo a los tiempos actuales y a realidades concretas y específicas. Como toda obra humana, especialmente cuando se da en el ámbito académico e intelectual, la obra de Parsons es suceptible de ser modificada y perfeccionada y así debe suceder.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Durkheim: la reconstrucción moral de la sociedad

Separar la ciencia sociológica de la filosofía y la psicología, desechar sistemáticamente las prenociones o prejuicios, utilizar la estadística como técnica de investigación, señalar que los hechos sociales son cosas, es decir objetos externos al investigador; proponer a la sociología como una ciencia no sólamente capaz de investigar la realidad sino también de aportar al beneficio de la sociedad, siguiendo en eso las enseñanzas de Augusto Comté, nos parecen los aportes más ignificativos que Emile Durkheim hizo a la sociología, y por los cuales se le considera uno de sus padres y fundadores. Aportes que hacen que su pensamiento, como el de otros clásicos, siga aun vigente, sin demerito alguno por los aportes de los sociólogos que continuaron sus obras (como Marcel Mauss tan poco estudiado en México) y los que hoy se esfuerzan por investigar y explicar la sociedad actual con un espíritu renovado, siempre curioso e inquieto, que no se detiene ante ningún obstáculo y que ve en la enorme pluralidad multifacética de la realidad una fuente inagotable de ideas, preguntas, hipótesis, suposiciones y temas. Pero tal vez lo más rescatable hoy en México y para México, de lo obra de Durkheim , sea, como lo propuso él para la Francia de su tiempo, la reconstrucción moral de la sociedad; una moral cívica que, como dice Oscar Uribe Villegas en el prólogo a "El Suicidio" de emile Durkheim, esté más allá de demagogias y mojigaterias, y, "cale hasta lo más hondo de nuestro ser social." (Durkheim, 1983, p. 44)

lunes, 9 de noviembre de 2009

Aportes de la sociología a la realidad actual

México me preocupa, y me preocupa también los aportes que desde las ciencias sociales, y en particular la sociología podemos hacer para salir de la crisis y encaminar a nuestra nación en el camino del progreso, del desarrollo, del crecimiento, es decir de una sociedad más igualitaria, equitativa, justa, pacífica y sana. Y no es asunto nada fácil. Las distintas posiciones ideológicas, sobre todo cuando son esxtremas, dificultan mucho el trabajo. Pero no hay que renuciar a ello.
La libertad y la democracia con las que contamos, aun de manera muy inmadura y básica, son un buen par de puntos de partida para la difícil tarea por realizar. Hay que trabajar en el "espíritu" de ambos elementos, o sea, haciendo buen uso de la libertad y de la democracia; buen uso significa en el primer caso, actuar responsablemente y solidariamente, en el segundo, oyendo, mirando, escuchando, buscando coincidencias y acuerdos. Y todo ello con miras a construir una mejor sociedad de la que tenemos hasta el momento. Augusto Comte decía que primero había que tener planteada una meta antes de avanzar; esa meta debe ser México y el bienestar de todos y cada uno de los que vivimos en él, sin importar género, edad, raza, el lugar de residencia o la actividad socioeconómica a que nos dediquemos. Afortunadamente la sociología ha acumulado muchos conocimientos, métodos y técnicas, que le posibilitan hacer una serie propuestas en el sentido que queremos, un país mejor donde al más pobre y humilde no le falte nada propio de una vida digna. No hay que olvidar que con ese fin se creó la sociología y ahora es un momento histórico para poner en práctica esos saberes, métodos y técnicas en favor de la nación, junto con las demás ciencias del hombre, como la ciencia política, la psicología, la antropología, el derecho o la economía. De no hacerlo, se corre el riesgo de hacer de la sociología un conocimiento enciclopédico pero inútil, y la verdad se adicha, los tiempos no están para eso. No es momento de seguir desperdiciando esos saberes cuando pueden ser tan útiles a la República. Hay que aportar ya lo que la sociología tiene que decir sobre lo que realmente somos como sociedad y cultura, denunciar las fallas, errores, limitaciones, con espíritu crítico constructivo y propositivo; pero también hay que dar cuenta de lo bueno que se ha hecho, de lo que sirve y debe ser mantenido y respetado para bien de todos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La Libido, sociedad y cultura

Uno de los campos de estudio más interesantes de la sociología es el que corresponde a la psicología social, campo en que se traslapan la sociología y la psicología. Como se sabe se trata de un terreno común a ambas ciencias en lo que importa, como tema de studio en investigación, es la relación entre individuo y sociedad y la influencia que ejercen uno hacia la otra y viceversa.
En este campo hay un sinnúmero de aportaciones tanto de psicólogos como por los sociólogos y, de manera relevante de los psicoanalistas. Corresponde a estos últimos, de manera especial a Sigmund Freud haber desdtacado el elemento libidinoso que se establece en la relación entre individuos y entre el individuo y el grupo, la colectividad y la sociedad en su conjunto. El elemento libidinoso, o dicho de manera más sencilla y menos polémica, afectivo, es especialmente importante en la constitución de relaciones, asociaciones, colectividades, grupos, organizaciones y la sociedad. En la medida en que ese elemento crece y desarrolla, fenómenos como la solidaridad, la reciprocidad, la tolerancia y la comprensión se hacen posibles. Los sentimientos de unión y cohesión y la tendencia a su realización efectiva también tienden a concretizarse en hechos manifiestos. Por todo ello es de especial importancia que se estudie e investigue ese elemento libidinoso en terminos prácticos, en casos experimentales reales.
Cuando en un país, como el nuestro (México), se dan los fenòmenos de corrupción, insensibilidad frente a los graves problemas sociales, la intolerancia, y los crimenes de todo tipo sin el menor remordimiento, habría que plantearse como un problema real qué está pasando con la cuestión libidinosa. "En el desarrollo de la humanidad, como en el del individuo, es el amor lo que ha revelado ser el principal factor de civilización, y quizá el único, determinado el paso del egoísmo al altruismo." (Freud, Obras Completas, Tomo VII, i974, p. 2584). Por o tanto, proponemos la necesidad de estudiar ese aspecto libidinoso en nuestra cultura. Si como Freud sostenía en "El Malestar de la Cultura" ésta tiende un carácter más bien restrictivo, limitante y hasta represivo, no puede ser sino el amor el factor compensatorio a los sacrificios y renuncias que han de hacerse en favor de una más o menos pacífica y estable convivencia social. Por todo ello reiteramos la necesidad de etudiar seriamente este factor libidinoso señalado por Sigmund Freud.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Emile Durkheim, sociología y educación

Cuando se habla de la aportación de Emile Durkheim a la sociología, se piensa generalmente en tres obras fundamentales, "Las Reglas del Método Sociológico", "La División del Trabajo Social" y "las formas Elementales de Vida Religiosa", dejandose en segundo lugar su obra intelectual y académica relacionada con la educación. Esto nos parece un grave error, pués habiendo sido Emile Durkheim un educador tanto como un sociólogo, muchas de sus aportaciones a la ciencia sociológica parten precisamente de sus expereincias y reflexiones en el campo de la educación a la que dedicó muchos años de su vida. Recuperar pues su pensamiento sobre la educación y la moral es recuperar mucho de su brillante pensamiento sociológico. Y tal pensamiento es hoy por demás importante para entender, por ejemplo, la crisis del sistema educativo mexicano, así como las formas, metodos y finalidades que persigue la educación contemporánea en el mundo oCcidental, incluyendo a los países llamados en vías de desarrollo. En su obra "Educación y sociología" Durkheim nos propone una hipótesis muy interesante que tiene que ver con el desprecio y la minusvaloración de la ciencia que se da en nuestras sociedades. Durkheim dice: "La ciencia, el espíritu crítico, que hoy ponemos tan en alto, han estado durante mucho tiempo en entredicho. ¿No conocemos una gran doctrina que declara felices a los pobres de espíritu? Hemos de guardarnos bien de creer que esta indiferencia hacia el saber haya sido impuesta artificialmente a los hombres contra su naturaleza. Por sí mismos, estos no tienen la sed instintiva de ciencia que, con frecuencia y arbitrariamente, se les ha atribuído. No desean la ciencia más que hasta donde la experiencia les ha mostrado que no pueden pasar sin ella."(Durkheim, s/f, p. 74)
Esta idea nos parece espacialmente sugestiva como punto de partida para investigar y reflexionar sobre las causas por las que en paises como el nuestro, se presta tan poca atención al desarrollo científico y tecnológico, a grado tal que cuando hace falta ciencia y tecnología se va a los paises desarrollados para importarla. La pandemia de la influenza así lo ha demostrado fehacientemente. Citando a Rousseau, Durkheim sostiene que, "para satisfacer las necesidades vitales, la sensación, la experiencia y el instinto, podía bastar, como bastan al animal."(Durkheim, s/f, p. 75) Todo parece indicar que en nuestra sociedad todavía vivimos en el estado que Rousseau plantea y que Durkheim cita. Ni la ciencia ni la tecnología parecen en verdad ser consideradas en su importante valor y utilidad para la sociedad presente y futura, lo que si pensamos detenidamente, no hará sino perpetuar nuestro estado de atraso y dependencia del exterior. Educación, ciencia y tecnología forman un conjunto de elementos indispensables y estartégicos para el desarrollo nacional, la autonomía y la soberanía.

Sociología y ambiente social propicio

El desarrollo de las ciencias socciales en general y de la sociología en particular requiere de un ambiente sociocultural especial, aquél que corresponde a las sociedades abiertas, tolerantes, plurales, multiculturales, democráticas y láicas. Sólo cuando este tipo de sociedades emergió fue posible el crecimiento y florecimiento de las ciencias del hombre. En efecto, su nacimiento y posterior desarrollo no pudo ser posible en sociedades en que privaba la intolerancia, la cerrazón, las verdades últimas y únicas, y val decdir, el miedo a estudiarse a sí mismas de manera racional, objetiva y experimental. Así pues, para que la sociología pueda brotar y prosperar necesita de un clima cultural en que las herejías hayan perdido valor y la diferencia haya adquirido carta de nacionalidad. Si bien no existe en la realidad una sociedad idealmente abierta y tolerante, donde no haya tabués ni áreas vedadas a la mirada de las ciencias sociales, hay que reconocer que muchas de la ssociedades del llamado mundo occidental han progresado lo suficiente como para pemitir e incluso alentar el avance de la sociología y las demás ciencias del hombre.
En el caso de México y muchos de los países de latinoamérica, todavía hay mucho trabajo que hacer para quitar los obstáculos de la intolerancia, los prejuicios, y la incomprensión respecto a las ciencias sociales. Ellas son especialmente necesarias para coadyuvar al desarrollo social, político y económico de las distintas naciones y para promover las relaciones amistosas y pacíficas entre los distintos países y pueblos del continente y el resto del mundo.
Así, una de las tareas más importantes de las ciencias sociales es ayudar a crear ese clima propicio para la aceptación y la utilización de sus herramientas y conocimientos que producen estas ciencias, en beneficio de la propia sociedad en conjunto. Las ciencias sociales pueden y deben colaborar en la creación de ese ambiente de aceptación de sí mismas en la cultura a pesar de que se sabe que no es una tarea fácil ni de corto plazo. Y siguiendo el principio biblico que dice, "por sus obras los conoceréis", la sociología y las otras ciencias sociales deben producir frutos que propicien maás altos y mejores niveles de vida en la población, especialmente entre las clases y estratos más pobres de la sociedad; bienestar y prosperidad. Así no sólo se cumplirá el sueño y las esperanzas de Saint Simon, Augusto Comte, Durkheim y muchos otros, que apostaron a que las ciencias sociales no sólo ayudaran a conocer mejor a la sociedad y a los individuos que la componen, sino también colaboraran a mejorar dichas sociedades en todos los aspectos.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cambio social, el aporte de Augusto Comte

"Los espiritus que creen estar luchando más contra la marcha de la civilización obedecen sin saberlo a su influencia irrsistible, y cooperan por sí mismos a secundarla. Además, al mismo tiempo que proyectan reconstruir el sistema feudal y teológico, los reyes caen en contradicciones perpetuas, contribuyendo con sus propios actos a hacer más completa la desorganización de este sistema, o acelerar la formación que ha de sustituirlo."
Augusto Comté

Este interesante párrafo de Augusto Comte nos llama la atención sobre el hecho de que en determinados momentos, las acciones que se toman con el fin de frenar el cambio social, político y económico acaban favoreciendo el cambio que se teme y se procura evitar. Así sucede que muchas veces que quienes se ocupan por frenar o detener de plano los cambios, son sus principales propiciadores, aun en mayor medida que aquellos que dicen estar a favor del cambio. Nos parece una idea especialmente digna de ser estudiada en el terreno de los hechos reales de nuestro tiempo y en nuestra circunstancia. Cuando uan sociedad se niega a cambiar o a evolucionar si se prefiere, de manera irracional, guiada por el miedo y la sinrazón, entonces es muy posible que acelere los procesos de cambio y transformación, pues con sus acciones, como dice Augusto Comte, propicia la desorganización del sistema, es decir, cumple con la ley de la entropía, o sea, la tendencia al desorden sistémico. Entonces la aplicación irracional y desordenada de acciones negantrópicas, (tendientes a combatir el desorden) no hace sino tener el efecto contrario al esperado. La sociedad se desorganiza y finalmente, muere de manera equivalente a como muere un organismo viviente. Resulta entonces poco inteligente y nada prudente tratar de evitar el cambio, porque el mismo, es una ley de la vida; todo cambia y se transforma, aunque las formas y los tiempos varíen de una especie a otra, o de una sociedad a otra. Otra cosa muy diferente es tratar de controlar el rítmo y sentido del cambio, lo cual hecho en la medida de lo humanamente posible, es un acto de sabiduría y prudencia.
En una sociedad en la que el statu quo obedece más a una imposición externa colonialista que al resultado de un proyecto local orgánico y coherente, la defensa de ese orden establecido al que gran parte de la población se siente ageno, resulta contraproducente.
Los sociólogos que actualmente estudian nuestra realidad y situación deberían tomar en cuenta esto para, como lo propuso Augusto Comte, pueda ser posible hacer una recapitulación adecuada de nuestra realidad, y para más adelante, poder colaborar en la producción de un proyecto social, económico, político y cultural orgánico de sociedad, del cual, por cierto, estamos muy urgidos.
Se entiende que en un cambio voluntariamente impulsado y producido, al cual precede un proyecto fundamentado en la sabiduría, la prudencia y la coherencia con respecto a las necesiades y deseos de la sociedad y su idiosincrasia, no todo lo existente de tiempo atrás habrá de ser destruído en aras de lo nuevo y la novedad, pero sólo habrá de conservarse aquello que puede permanecer coherentemente en el nuevo régimen social. Un cambio ordenado paulatino, no destruye todo lo pasado ni lo presente, pero sólo recupera para el futuro lo que realmente representa algo valioso digno de ser conservado para bien de la sociedad y sus miembros.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Importancia de los clásicos, Augusto Comte

En participaciones anteriores hemos señalado la importancia de los clásicos. Sin duda uno de ellos es Agusto Comte, fundador de la ciencia sociológica y a quién se atribuye el nombre de nuestra ciencia. Cuando Augusto Comté fundó la ciencia de la sociedad, Europa y particularmente Francia vivían un periódo de severas convulsiones, que ponían en duda la viablilidad de varias de las naciones del viejo continente, especialmente de Francia. Tal situación que captó con profundo sentido sociológico Comte, hizo que dedicara sus esfuerzos intelectuales y morales ha la fundación de la nueva ciencia de la sociedad y a que ésta tuviera como propósito fundamental re-establecer el orden en la sociedad. Pero Comte no pensaba en regresar al pasado como lo proponían los reyes y la nobleza de su tiempo, como tampoco tenía en mente la destrucción de la sociedad de su tiempo. Sabía que ni en uno ni en otro caso se hayaba la solución idónea para su país y para Europa. Por ello hizo una propuesta diferente, esta es, que ante el conservadurismo retrogrado de los reyes, principes y la nobleza, y ante la actitud exacerbada crítica de los radicales, que no tenía más fin que la destrucción del viejo régimen monarquco feudal, debía generarse una tercera posición positiva, es decir, científica. que propusiera un nuevo orden social, estable y duradero. Una nueva doctrina general de carácter constructivo capaz de responder a las necesidades acuales de su sociedad. Esta nueva doctrina debía dividirse en dos partes, el trabajo espiritual, que establecería un nuevo fin y la idea principal del plan a seguir; luego vendría el trabajo práctico temporal que determinaría la manera en que el poder habría de ser repartido y utilizado,y la manera en que las instituciones administrativas deberían funcionar de acuero al plan previamente establecido, ya que el "alma" es la parte más importante y difícil del trabajo de reconstrucción de la sociedad. Con eso Comte privilegiaba el trabajo teórico previo sobre la labor práctica. Comte sostenía que, "Ninguna innovación importante se ha introducido nunca en el orden social sin que los trabajos relativos asu concepción hayan precedido a aquellos cuyo objeto inmediato era su puesta en acción y le hayan servido de guía y apoyo al mismo tiempo." (Comte, Primeros Ensayos, F.C.E. 1981, P, 95) A lo qe agregaba que no podía hacerse nada sólido en la parte práctica sino ha quedado establecida la parte teórica sino por completo, si de una manera parcial adelantada. Augusto Comte nos propone un método para trabajar en beneficio d la sociedad, de su paz, de su organización y su progreso. Y creo que es algo que debería hoy ser retomado por los científicos sociales, por los sociólogos interesados en la reconstrucción de nuestra sociedad mexicana y latinoamericana. Frente a los ultraconservadores retrógrados (neoconservadores, conservdores y neoliberales) y los hipercríticos destructivos (posmodernos izquierdistas extremos intolerantes), hay que hacer una propuesta positiva (científica) y humanista que permita un cambio social hacia mejores niveles de vida, hacia una vida más plena, próspera y saludable; hacia el bienestar tanto matetial, como intelectual y espiritual del ser humano individual y colectivamente considerado.
Augusto Comte se dio cuenta de la dimensión de la problemática Europa de su tiempo y sus dificultades y propuso un elemento fundamental para la solución de sus conflictos, Comte dijo: "Pero es evidente que una crisis europea necesita un tratamiento europeo." (Comte, 1981, p. 103). En nuestro caso, se trata de una lección muy importante, los asuntos de nuestra América Latina deben recibir un tratamiento latinoamericano. Es decir, somos los latinoamericanos los primeros y principales llamados a pensar en esa opción propositiva y positiva que ayude a nuestras naciones en su conjunto a salir de la situación de subdesarrollo o tercer mundismo, de dependencia, de ese eterno "en vías de desarrollo". Nos corresponde proponer nuestro propio modelo o proyecto de reconstrucción social y no es asunto de México, Guatemala, Brasil o Chile, en lo particular, sino de toda nuestra América.
Comte hoy nos propone una metodología y, de alguna manera, una meta general a partir de las cuales empezar a trabajar por nuestros pueblos. No cabe duda, los clásicos, en este caso Augusto Comte, tienen hoy cosas importantes que decirnos y mal haríamos en no saber escuchalo.

lunes, 5 de octubre de 2009

La intervención sociológica en la sociedad

Una de las preocupaciones de su servidor en este blog, es la forma en que los sociólogos pueden intervenir en el desarrollo y mejoramiento de la sociedad, o por lo menos en alguno de sus colectividades o grupos. En este sentido es muy recomendable leer el libro de Georges Lapassade llamado "Claves de la Sociología" que en su capítulo III, "Tres niveles de análisis y de intervención", nos plantea las tres formas en que desde la sociología se puede intervenir para mejorar las condiciones de vida, trabajo, salud, educación, etc. de comunidades, grupos y organizaciones. Aludiendo a los trabajos de carácter práctico de Elton Mayo, J.L. Moreno, K.Lewin, Lapassade nos plantea los niveles de la citada intervención. Lapassade distingue tres niveles: la intervención psicosociológica, la intervención organizacional y la intervención socioanalítica. El tipo de intervención depende no sólo del tamaño del grupo o colectividad, sino tambien de su problemática específica y de las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales reales, presentes e históricas, las cuales no se pueden ni se deben desestimar, si se quiere tener éxito. En el primer tipo o nivel, se atribuye a Kurt Lewin la primera intervención de este tipo en 1943. La finalidad de la misma fue cambiar los habitos alimenticios de los estadounidenses en el periódo de la Segunda Guerra Mundial. La intervención pudo ser posible después de que se levantara una encuesta de hábitos alimenticios de las amas de casa y sus respectivas familias. Uno de los elementos centrales es el concepto de percepción, otro la comunicación de resultados (feedback), y en un tercer momento, la acción propiamente dicha para cambiar habitos, costumbres, usos y maneras de hacer tradicionales que ya se consideran obsoletas e inapropiadas. Este tipo de enfoque intervencionista ha sido especialmente utilizado en la población en general y en las organizaciones de todo tipo, familia, empresa, gobierno.
En el segundo caso, esta la intervención organizacional se busca sacar a la luz, opiniones, actitudes, motivaciones, así como también estructuras y relaciones de poder. Se busca llevar a cabo cambios a nivel de la estructura organizacional formal, generalmente a partir de las dmandas y preocupaciones de los directivos. Por último, la intervención socioanalítica o análisis institucional busca descubrir en la investigación lo "no dicho" institucional, es decir, los rumores, los secretos, lo oculto. En este caso, los conceptos psicoanalíticos desarrollados por Freud cobran especial relevancia; epeialmente las transferencias y contratransferencias, y el concepto de resistencias forma parte integral del objeto de conocimiento. En este nivel, el estudio de las instituciones educativas, de salud, psiquiátricas es especialmente importante, aunque por supuesto otro tipo de instituciones y organizaciones pueden ser muy bien estudiadas e intervenidas, con el fin de producir cambios deseados.
Como habrá podido observarse, la participación de la psicología y el psicoanálisis es necesaria y relevante para que la intervención sociológica pueda llevarse a cabo. De ahí que todo sociólogo que desee participar en proyectos de intervención deba recurrir a los conocimientos del psicoanálisis, la psicología social, organizacional, industrial y comunitaria.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Sociologia económica, ¿dejar hacer y dejar pasar?

Decíamos anteriormente que la sociología económica tenía por objeto de estudio descubrir las formas en que una sociedad histórica concreta se las arregla para para satisfacer sus necesidades materiales y algunas de corte cultural. Para poder hacer debe considerar algunos factores, tales como, la sociedad en específico, su historia, sus condiciones materiales de existencia en una etapa historica determinada, los factores ambientales, así como el desarrollo cultural, científico y tecnológico. Adicionalmente deberá considerar la división de la sociedad, sus clases, estratos o estamentos e incluso su separación racial. Y en nuestra época, también, la relación de esa sociedad con respecto a otras, ¿es una potencia económica y militar predominante? ¿es una potencia media? ¿es un asociedad periférica y dependiente? De la respuesta a estas preguntas depende la determinación de si esa sociedad desarrollo su propio modelo y sistema económico o le fue impuesto desde el exterior. Para ell caso de los paises del llamado Tercer Mundo, también llamados en vías de desarrollo, tales preguntas y respuestas son especialmente relevantes, pues sólo a partir de la adecuada respuesta se pueden pensar y desarrollar propuestas alternativas viables. Uno de los principios que la sociología debe estudiar mediante la investigación de campo es el principio de "dejar de hacer y dejar pasar" que propusieron los Fisiócratas en Francia, y que después retomó Adam Smith y el pensamiento liberal en general. Hay un pugna intelectual al respecto del mismo no sólo entre los economistas, sino entre los economistas y los sociólogos. Para los primeros, los que siguen la línea de los clásicos y neoclásicos hasta llegar a los neoliberales, el principio se ha convertido en un credo de fe, en un verdad intocable e incuestionable, sin embargo otros economistas lo cuestionan duramente, sobre todo las izquierdas marxistas. Desde la sociología, se ha cuestionado también dicho principio, bajo el supuesto de que la libertad de mercado que resulta del mismo, lejos de producir equilibrio, y equidad en la distribución de bienes y servicios, produce la acumulación de riquezas en cada vez menos gentes, dado que no se dan en la vida real condiciones de competencia perfecta. Pero la discusión sobre que tiene la razón, no se puede quedar en las mesas redondas, los coloquios y congresos, ni en el aula universitaria Los sociólogos interesados en la cuestión económica deben diseñar y llevar a cabo investigaciones de campo que ayuden a comprobar los resultados prácticos de la aplicación de dicho principio en la vida económica real.
De igual manera dicho principio debiera también estudiarse en el campo de la comunicación social y los medios de comunicación, donde sus efectos y consecuencias son hoy tema de gran debate entre los especialistas. Otro campo de sumo interés respecto al principio es el de la ética y la moral en donde la pregunta es si todo finalmente se vale, porque la determinación de qué es lo que se permite y que lo que se prohíbe es una cuestión individual o cuando mucho de un pequeño grupo que determina por sí mismo y para sí mismo que es válido y que es reprobable y condenable. Este principio tiene una estrecha relación con el tema de la anomia (vacío de valores)que Emile Durkheim y después Robert K. Merton trabajaron en sus respectivas obras.
Otros dos campos donde el principio ha tenido aplicación y debiera ser estudiado por los sociólogos es el de la religión y el derecho.
La sociología debe desacralizar y cuestionar ese caro principio liberal para poderlo colocar en su verdadera dimensión y hacerlo manejable en terminos prácticos y útiles.

martes, 22 de septiembre de 2009

Sociología económica

En esta oacción quiero referime a la sociología económica, una de las ramas de la sociología menos trabajada en México y creo que en el tercer mundo también. La sociología económica, se remonta al pensamiento de los clásicos en economía y a los primeros sociólogos allá, en el siglo XIX. Entre ellos resaltan Herbert Spencer, Emile Durhheim, Max Weber y George Simmel, entre otros. Sin olvidar los importantes aportes realizados por Karl Marx.
Lo importante para esta rama de la sociología no es tanto los procesos económicos en sí mismos, la operación de los mercados de bienes y servicios o los financieros, la demografía, la población económicamente activa, el desempleo, y otras cuestiones por el estilo, de las que se ocupan precisamente los economistas profesionales. Lo importante, es como todas esas cosas se vinculan con otras áreas, campos o temas no económicos, como la política, la cultura, la educación o la salud por poner unos ejemplos. Dicho de manera más general, lo que importa a la sociología económica, es como una sociedad determinada, específica histórica, se las arregla para salisfacer sus necesidades materiales de sobrevivencia. Es decir, como esa sociedad se organiza y trabaja para la satisfacción de esas necesidades básicas materiales y otras más de índole cultural, poltico, etc., en un tiempo historicamente establecido y en lugar específico, de acuerdo a determinadas condiciones no sólo culturales (donde se incluye el desarrollo cintífico tecnológico), sino también de las fuerzas productivas), y del medio ambiente concreto (clima, hidrografía, vegetación, fauna, topografía). A partir de la perspectiva arriba señalada, el tema de la sociología económica resulta especialmente relevante. Estudiar para el caso mexicano en particular, o latinoamericano en el caso regional, o del tercer mundo en general, es especialmente importante, si de lo que se trata es de econtrar las vías o los caminos para encontrar una salida a un régimen capitalista con marcado tinte colonialista y con el conocido interés de extraer las riquezas locales de manera depredadora. Entender la manera en que se ha organizado y opera el sistema capitalista impuesto autoitariamente desde afuera por las élites oligarquicas locales y extranjeras, es una tarea a realizar. Comprender como se ha organizado el sistema capitalista (de manera imperfecta, sin encajar adecuadamente con el resto de las estructuras de la sociedad) en cada nación del subcontinente y del tercer mundo es vital para lograr su transformación y reducir sus nocivos efectos no sólo en el propio ámbito económico, sino en otros sectores de la vida social.
La perspectiva sociológica busca entonces, ir más allá de las teorías e hipótesis meramente conómicas y dar el salto para poder entender lo económico dentro del marco social más amplio y general. Sin duda lo económico es vital para la sobrevivencia de la sociedad, sus clases, grupos, organizaciones y personas, por ello es necesario, desde una perspectiva más amplia y general, y multidisciplinaria ver lo económico en relación a los otros componentes de la sociedad. Por ello hay que avanzar más allá de las explicaciones fundamentadas en modelos teórico y abstractos, pero sobre todo hay que brincar por encima de quienes en la actiud más obtusa, obscena y anticientífica pretenden meter la realidad en el modelo teórico y no como en realidad debe suceder, que es adaptar el modelo teórico abstracto a la realidad, ya que éste, se quiera o no admitir, es sólamente una simplificación en gran medida arbitraria.
La sociología económica puede pues brindar uan explicación más coherente y precisa (que la propia economía), de por qué los modelos económicos capitalistas han fracasado en procurar crecimiento y desarrollo económico, equidad y justicia distributiva, y para acabar más pronto, mejores niveles de vida y bienestar a la mayoría de la población en los países del terer mundo.
De entrada proponemos la hipótesis que los modelos económicos capitalistas, por su carácter colonial y explotador, y su afán exportador de las riquezas hacia los países desarrollados del llamado primer mundo, no han buscado el crecimiento ni el desarrollo ni el bienestar de los habitantes de los países en que se ha impuesto. Han sido modelos que no han encajado por su origen y metas, en las estrucuras sociales, culturales y políticas nativas, a la cuales han deformado y debilitado, por cierto, peligrosamente.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Los clásicos y el trabajo sociológico

Casí todos los sociólogos están de acuerdo en la centralidad de los clásicos pra la formación de los profesionales de la especialidad y para ejercer el oficio sociológico, y tienen razón. Ellos son constante fuente de inspiración y de ideas para llevar a cabo las labores intelectual, académica y práctica propias de la sociología. Leer y releer a los clásicos nunca es tiempo perdido, siempre y cuando se que se haga con el afán de extraer de ellos lo mejor de sus obras y se haga con espíritu crítico. Hoy, tanto Durkheim. como Weber o Marx siguen teniendo mucho que decirnos para poder hacer recapitulaciones coherentes del mundo actual, y poder comprenderlo en profundidad. Sinembargo la lectura de los tres grandes clásicos no es suficiente, el sociólogo ha de recurrir a sus contemporáneos también; a los que hoy se empeñan por aprehender la sociedad en sus enormes dimensiones y variantes. Ellos también tienen que decir mucho sobre el mundo y la epoca en que nos ha tocado vivir. Esto es especialmene importante en el tercer mundo, en los llamados paises en vías de desarrollo. Sin negar la importancia de la obra de los sociólogos que viven y trabajan en los países desarrollados, también es importante ver la mirada que los sociólogos de la región tienen de su propia realidad. De las inquietudes y cuestionamientos que surgen como producto de us investigaciones, estudios y reflexiones. Parte del necesario proceso de descolonización cultural que debemos llevar a cabo, es sin duda, el hacer una obra sociológica nativa, que desarrolle tanto teoría, como métodos y técnicas de investigación, y sea capaz de proponer acciones prácticas viables, para el mejoramiento de las condiciones de vida de los millones de habitantes del "Sur". Tengo al respecto la convicción que en el caso de América Latina el trabajo sociológico no ha de limitarse al cubiculo, el laboratorio, el taller o el aula; a la reflexión teórica y a la metasociología, sino que de ha de llevarse a la calle, la plaza, la oficina, la escuela, el hogar, el transporte, etc. es decir, a los espacios públicos de reunión y convivencia, y a los "no lugares" (Marc Augé) del anonimato y lo efímero. Y habrá que hacerlo con el fin práctico de generar conocimientos útiles al sociólogo y su ciencia, pero, aún más, a la sociedad en la que este vive. Este es, por cierto, el mejor reconocimiento y homenaje que se le puede hacer a los clásicos y a quienes después han continuado su obra intelectual creadora y propositiva.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Tres virtudes para ejercer el oficio sociológico

Tres son las grandes virtudes que en nuestros tiempos pueden permitir un ejercicio del oficio sociológico exitoso: sensibilidad, obervación y contacto directo con la realidad. la sensibilidad para captar lo que otros no alcanzan a ver y percibir en la vida social y para, a partir de esa percepción, problematizar y cuestionar lo visto. Observación, como aquella cualidad que permite ver con agudeza y detalle los hechos y fenómenos sociales y culturales, justo ahí, en donde otros no ven nada; finalmente contacto directo con la realidad. El sociólogo, con sus conocimientos teórico metodológicos debe salir a la calle, la plaza pública, el mercado y todo lugar (y "no lugar")donde se reune la gente para mirar en vivo y en directo el comporatamiento de individuos o grupos y colectividades. No basta con saber muchas teorías, no basta con pasar largas horas de trabajo en el despacho, el cúbiculo, en la sala de juntas o el salón de clases. La realidad siempre dinámica y cambiante está allá, afuera de la universidad o el centro de investigación, para ser estudiada y analizada, cuestionada. El sociólogo ha de alimentar sus teorías e hipótesis a partir del contacto con la realidad. Así como Sigmund Freud y Carl Rogers construyeron sus teorías a partir del trabajo clínico y terapéutico con sus pacientes, el sociólogo ha de construir las suyas propias a partir del contacto con la realidad, y para ello, como decíamos al principio, habrá de usar su sensibilidad, su mirada inquisitiva, su observación directa de lo que pasa en los espacios de trabajo, estudio, reunión, diversión, descanso, tránsito, etc. No se puede hacer sociología encerrados en el cubículo alejados de la realidad circundante; no se puede hacer sociología sin un respaldo teórico metodológico que propicie el desarrollo de la sensibilidad y ayude a la observación "in situ".

viernes, 11 de septiembre de 2009

El oficio sociológico encaramado en hombros de gigantes

El mundo esta cambiando rápidamente a una velocidad inconcebible, es lo que los científicos sociales han denominado el "aceleramiento de la historia", gracias a la cual, todo se ha vuelto mutable, pasajero y efímero. Esto es un reto muy serio a la sociología y a las demás ciencias sociales, a su teorías, métodos y técnicas de investigación. Es también un desafío a la imaginación y la creatividad del sociólogo, que además de ser científico, ha de ser también, de alguna manera, un artista original.
Son tiempos complicados, y por ello difíciles de sobrellevar, pero provocan sin duda a la inteligencia y a la imaginación del sociólogo y éste debe saber responder en la misma magnitud del reto que se le presenta, para poder recapitular y entender lo que está sucediendo. Sólo así puede, finalmente, dar alguna respuesta válida a las necesidades y angustias del hombre de estos tiempos.
Ser sociólogo y hacer sociología tiene hoy una realidad radicalente diferente de la que vivieron los primeros sociólogos fundadores, Comte, Durkheim. Spencer, Weber, Marx, etc. Pero es abrevando de us conocimientos y planteamientos, inspirandose en su trabajo, como podemos hoy, en gran medida, afrontar los retos del presente. Pero frente a su obra fundadora, que debemos mirar con respeto, tenemos una deuda de honor, que se pagará siendo no sólo agudos analistas y críticos de sus respectivas obras, sino imitando de ellos, su imaginación y originalidad su audacia, para ver el mundo con nuevos ojos, oidos y tacto sociológicos. Los tiempos presentes nos urgen a desapegarnos de las teorías clásicas y a avanzar hacia nuevos planteamientos explicativos pertinentes a los tiempos de hoy. No se trata de deshacernos de la herencia intelectual que nos dejaron los gigantes de la sociología, sino, como dice cierta frase que me encanta, nos trepemos en sus hombros para ver aun más lejos. La frase dice: "Si he llegado a ver más lejos ha sido encaramándome a hombros de gigantes" (Merton, 1990. p. 26) que se le atribuye a Newton, pero como lo demuestra Merton es mucho más antigua. Asì que encaramádos a hombros de gigantes como Comte, Durkheim, Weber, Marx, Spencer, Simmel, Parsons y el propio Merton, sólo por mencionar algunos, tratemos de ver más lejos, de entender más en profundidad, de proponer tanto en el ámbito académico como en la vida práctica real alternativas de solución viables, suceptibles de ser implementadas con buen grado de éxito en la sociedad. Tal es a mi parecer el resultado deseable y esperable del oficio sociológico, encaramado a hombros de gigantes.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Sociología y ética

Uno de los problemas más difícil de resolver en el campo de la sociología y las ciencias sociales, es, sin duda, aquél que se refiere a las opciones laborales entre las cuales se puede elegir, es decir, el problema de para quién trabajar. Es un problema ético y valoral, que solamente cada individuo puede resolver en el terreno práctico, y que depende de los valores morales de cada persona, de sus preferencias políticas, de sus compromisos, para consigo mismo y su sociedad. Y no menos importante, de las circunstrancias específicas del momento que plantean las condiciones económicas políticas y sociales. El quehacer del sociólogo no es neutro, implica la toma de posiciones, la aceptación de compromisos, la fidelidad a ciertas causas, así como el rchazo a ciertas posturas ideológicas, políticas, culturales, etc. De ahí que si bien no se puede pensar en una actividad neutral, digamos por encima, de la realidad social, a la hora de legir para quién trabajar, lo que creo que si es posible demandarle al sociólogo, es objetividad y consciencia plena sobre las implicaciones de elecciones laborales que haya hecho o vaya a hacer. Ciertamente, no es lo mismo trabajar para una gran empresa trasnacional que para una asociación civil; para el gobierno o para la iniciativa privada, para los patrones o para el sindicato. El sociólogo debe tener muy claras esas diferencias y los compromisos que cada una implica, pues su trabajo impactará la sociedad en alguna manera y en cierto grado; beneficiará a cierto sector, pero puede llegar a perjudica a otro. Por ello, soy de la creencia que la discusión en las universidades sobre las cuestiones éticas y valorales es uno de los aspectos centrales de la formación del sociólogo como profesionista. De hecho lo es en todas las profesiones, pero lo es especialmente importante en la sociología, como es el caso también en el caso de la psicoloía, la medicina, el psicoanálisis, en fin , de todas las ciencias y artes cuya actividad gira en torno del ser humano, considerado individual o socialmente. Aquí no podemos decir cuales son las elecciones correctas, pero sí podemos insistir en que el sociólogo haga sus eleciones de vida y laborales de la manera más madura posible, con un talante ético, con valores morales, con un compromiso para consigo mismo y con su sociedad, o más bien con el tipo de sociedad en que desea vivir o quiere construir.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Campo de acción del sociólogo

Tradicionalmente el egresado de la licenciatura en sociología ha encontrado trabajo en tres sectores: el academico, el gubernamental y en el social. En el primero de ellos su labor se enfoca en la docencia (nivel superior o educación media superior) y, en el mejor de los casos, en la investigación en universidades públicas; en el segundo el ejercicio profesional se ha dado como funcionario público y; en le tercer caso, el sociólogo se dedica a el asesoramiento y colaboración en asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales. Pocos o ningún social labora en el sector privado o ejerce como profesionista independiente. La forma en que se ha planteado la formación profesional del sociólogo ha influido determinante en que el campo de ejercicio profesional del sociólogo esté tan restringido, independientemente de otros factores adicionales, como los prejuicios respecto a la profesión, y el poco conocimiento que existe en la sociedad sobre lo que es la sociología como profesión. Esta situación es la que desafortunadamente priova en México y, creo, en la mayoría de los países de América Latina. En el mundo anglosajón la situación es diferente, la sociología tiene un campo de acción mucho más amplio y variado. Si bien no profundizaremos en este momento en las causas de tal fenómeno, si comentaremos que en países como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, la sociología tiene un alto grado de aceptación en la sociedad. Además que los acmpos de acción que hemos señalado anteriormente, en los países de habla inglesa, los sociólogos trabajan también en el sector privado y en el ámbito de los negocios. En este último sector los sociólogos trabajan en el área de la mercadotecnia, estudiando las tendencias de consumo, detectando necesidades de carácter público, o midiendo los efectos producidos por la apertura de nuevos centros comerciales o su relocalización. De igualmanera miden la aceptación o rechazo de determinados productos. Otros sociólogos trabajan en ayudar y asesorar a los diseñadores de productos en cuanto al mejor diseño de los mismos y de futuros productos que sustituyan los existentes.
En el terreno legal, los sociólogos miden los efectos de la aplicación de dterminadas leyes y reglamentos en, por ejemplo un barrio o en una comunidad urbana o rural. En las cárceles ayudan a las autoridades a medir los efectos de la aplicación de programas de control de los internos, sus condiciones de vida en el interior de los penales y la prevención de conflictos.
Los sociólogos han incursionado también en el campo de la aseoramiento, consejería (counseling)y la terapia, tratando de entender las grandes tendencias de actitudes y comportamientos que se detectan en los pacientes más allá de los casos particulares individuales, detectando así las necesidades criticas de las comunidades. Muchos sociologos se dedican a la consejería y la terapia a personas o grupos.
El periodismo en publicaciopnes impresas, los medios electrónicos y las nuevas tecnologías de comunicación también es un área en que los sociólogos han incursionado exitosamente. El coocimiento y las herramientas metodológicas y técnicas de la sociología, son de gran ayuda para la investigación y el análisis periodístico, y para la explicación de los hechos noticiosos.
Las relciones públicas también ofrecen un espacio para el ejercicio de la sociología.
El mundo de la industria y las organizaciones empresariales también es un campo de aplicación de la sociología.
Los sociólogos colaboran estudiando a las empresas desde de la perspectiva organizacional, laboral y de comunicación interna, con el fin de organizar la empresa de la mejor manera posible y buscando la optimización de recursos y operación (sociología de la industria, empresa y las organizaciones).
Como se puede ver, el campo de acción del sociólogo en los países de habla inglesa es mucho más amplio que lo que podemos observar en países como México y muchos otros más. En estos momentos en que se inicia un resurgimiento de la profesión, después de un largo periódo de estancamiento que limitó severamente la oportunidades laborales, es momento de plantearse creativamente nuevas formas de ejercicio profesional hasta ahora no contempladas en el país y que pudan resultar benéficas para la sociedad en general, así como para el sociólogo en tanto profesionista. Como cualquier otra profesión, la sociología requiere de un buen nivel de reconocimiento y aceptación sociocultural. Y es el momento en que la sociología se reposicione en ese sentido. De ello depende que hay más y mejores oportunidades de trabajo y mejor remuneración a cambio de su trabajo. Ni que decir que también es necesario que el sociólogo continue a lo largo de su vida preparandose y actualizandose, así como profundizando en las áreas de su interés personal por lavía de los estudios de posgrado y de actualización, en la propia sociología o en campos afines como la historia, el derecho, la economía, la ciencia política, la antropología social, la filosofía, la biología humana y la psicología o psicoanálisis.

viernes, 28 de agosto de 2009

Enseñar sociología a los sociólogos

Enseñar sociología a los aspirantes a convertirse en profesionales de la sociología reuiere el cumplimiento de algunos requisitos que a continuación propondremos de una manera provicional, ya que esperamos la colaboración de otros colegas para mejorar la propuesta aqué formulada.
Hay que partir del hecho fundamental de que la sociología es, antes que cualquier otra cosa, un proyecto científico; no es arte, ni un conocimiento de sentido común. Su objetivo es investigar, comprender y poder explicar la realidad social de manera científica y, en un momento dado, proponer alternativas de acción para la solución de problemas esecíficos.
De esto se desprende que la formación del sociólogo debe incluir una sólida y consistente formación teórica metodológica; el desarrollo de las habilidades de estudio e investigación documental y de campo, así como el incremento de las capacidades de observación, refexión y análisis. A las que hay que adicionar el acrecentamiento de la sensibilidad frente a la realidad social y del sentido ético.
En segundo lugar, no menos importante, hay que capacitar al estudiante para la elaboración de planes y proyectos de intervención social, que propicien una modificación de la realidad social, en beneficio de la sociedad. No basta saber cómo es la sociedad y poder difundir esa concepción de alguna forma, sino que ahora, creemos, es necesario avanzar más allá, proponiendo alternativas de acción. En este aspecto, la moral del sociólogo juega un papel fundamental y cuestiones como qué se trabaja y para quién se trabaja, con qué intenciones, se vuelven centrales.
Y dado que la sociedad es un ente que se transforma y cambia incesantemente, un objeto inacabado y siempre en proceso de realización, el sociólogo ha de saber ser flexible, sensible, adaptable, además de creativo, para poder captar y entender esa dinámica social. Una mente abierta es indispensable ante una sociedad cuyo futuro es en verdad imprevisible en muy alto grado.

jueves, 27 de agosto de 2009

La sociología en el siglo XXI

L a sociología es una ciencia, una ciencia social, por tanto su trabajo fundamental consiste en investigar y en dar cuenta de manera entendible de los resultados de su labor. Desafortunadamente el trabajo básico de la sociología, que es investigar, se ha limitado al espacio universitario. Desafortunado porque debería haber otros espacios, en los sectores público, social y privado en donde también se hiciera investigación social pertinente y aplicada.
La sociología nació con la intención de colaborar a construir una sociedad más armónica y más organizada, en que se conjuntaran los esfuerzos de todos sus miembros en aras de superar el desorden y el caos imperantes en Europa en el siglo XIX, especialmente en Francia. Con esa misma intención llegó a a América Latina ese mismo siglo, en manos de los famosos positivistas. El lema era: "orden y progreso". Hoy podemos decir que aunque han pasado ya cerca de 200 años, para muchos sociólogos, esa intención de origen sigue vigente, pues como es fácil ver alrededor, muchos problemas de desigualdad, injusticia, miseria, discriminación, violencia, etc. siguen vigentes y otros nuevos han aparecido en el devenir de los tiempos. No quiere esto decir que debemos seguir utilizando los métodos y técnicas del siglo XIX, sino, por el contrario, que debemos impulsar el desarrollo de nuevos métodos y técnicas de investigación, así como nuevos enfoques teóricos que permitan ver la realidad no sólo con nuevos ojos, sino con una vista más incisiva y más aguda. De hecho así ha sucedido en Europa y Estados Unidos, no así en los países del llamado tercer mundo, que se han dedicado a importar teorías, métodos y técnicas de los países del primer mundo.
Para las naciones en vías de desarollo o emergentes, la tarea sociológica es ardua y pesada, pues una de sus tareas más importantes es ser capaz de desarrollar enfoques explicativos e interpretativos que sin dar la espalda a la ya añeja tradición sociológica, sean novedosos, originales y creativos y, claro está sean útiles al trabajo científico. Esto supone también la imaginación para problematizar la realidad, es decir, para encontrar nuevos temas de investigación y estudio, conforme la realidad los presenta en su constante evolución.
Pero hay un aspecto más sobre el que la sociología tiene un atraso notorio, que es la aplicación práctica de sus saberes y su cúmulo de información a la resolución de los problemas sociales que se sufren cotidianamente en la sociedad, sean estos antiguos o emergentes. Es decir, hay un atraso en desarrollar una "ingeniería social" que aplique de manera útil y práctica los conocimientos adquiridos.
La formación de nuevas generaciones de sociólogos debiera estar enfocada a preparar a los estudiantes en los dos sentidos ya aludidos: investigación y aplicación práctica de los resultados de la investigación. La meta: resolver los graves problemas sociales, políticos y socioculturales que hoy afrontan la gran mayoría de las sociedades ahora.
La sociología no tiene porque ser un conocimiento enciclopédico que se quede encerrado entre las paredes de los cubículos o las biobliotecas, sino que tanto en su fase de investigación como en su parte ingenieril debe salir a la plaza, a la calle, al parque, al metro, a la unidad habitacional, a la pequeña población rural o costera, para hacer sus tareas sustantivas. La sociología ha de saber observar, entender y a partir de ello, crear y proponer. Sí, crear y proponer soluciones orginales, para no quedarse en la simple denuncia. Tal es a nuestro juicio la responsabilidada de la sociología en el siglo XXI.

martes, 25 de agosto de 2009

La enseñanza de la sociología

Una de las preocupaciones fundamentales que he tenido respecto al tema de la enseñanza de la sociología en otros programas académicos, es que muchas vece estos se reducen a la instrucción a los alumnos de las principales teoría sociológicas que históricamente se han desarrollado. Dar este tipo de cursos resulta perjudicial, pués él alumno no obtiene de la materia en cuestión, los elementos que le permitan vincular el saber sociológico con el campo de actividad profesional en que se desarrollara como profesionista. Cuando la sociología se enseña en carreras como economía, psicología, derecho, las ingenierías o la medicina, el curso o cursos debiera estar dirigido a dar a los estudiantes elementos que les permitan, por ejemplo, entender las facilidades o dificultades que encontarán para su ejercicio profesional, las valoraciones socioculturales que se dan a su profesión, datos estadísticos sobre quienes ya ejercen su actividad, en qué áreas se desempeñan, cuántos son, en dónde están, con qué grado de éxito laboran, en qué contexto político, económico y cultural se inscribirá su ejercicio profesional. La sociología puede dar muchos conocimientos sobre la sociedad en que se vive y laborará, sobre sus problemas, sus dificultades y limitaciones, pero también sobre sus áreas de oportunidad. Así el alumno de cualquier profesión podría saber a que medio social se enfrentará al titularse y que oportunidades empresariales o laborales puede llegar a tener de una manera realista y objetiva.
Enseñar teorías y metodología puede ser muy interesante, pero para quienes ejercerán otra profesión puede no resultar tan útil y práctico como aportarle información pertinente sobre su propia profesión y sobre el medio sociocultural, político y económico, en que habrá de ejercer como profesional. Entonces estamos hablando de una sociología aplicada y práctica, y una sociología de las profesiones (y oficios). Dar esos contextos macro y microsociales al estudiante, nos parece el mejor aporte que la sociología puede dar a los estudiantes y profesionistas de otras áreas y campos del saber. Qué conozca su sociedad y su campo profesional es vital para un exitosos ejercicio profesional, pero también para poder hacer un aporte de corte social (solidario) a su país, a su región, ciudad o barrio; a su gremio y su ramo de actividad. ¿Cómo le podemos pedir a un estudiante o profesionista que sea responsable y solidario con la sociedad a que pertenece si previamente no le hemos enseñado determinados valores morales, si no le hemos despertado un sentido ético y si no le hemos dicho cómo es el mundo histórico social en el que le ha tocado vivir? En esto último la sociología tiene mucho que decir.

lunes, 24 de agosto de 2009

Por qué la sociología es necesaria

En el artículo anterior decíamos que no basta con la mirada psicológica o psicoanalítica para entender a la sociedad, pués la sociedad no es la simple suma de los individuos que la conforman.
Y el individuo no es simplemente el reflejo de la sociedad, o dicho de otra manera, no es posible ver a la sociedad a través del individuo, pues la sociedad es una realidad cualitativamente diferente a la de la persona individual. Ciertamente, el individuo ha incorporado en su mente, sus actitudes y comportamientos mucho de los que es la sociedad en que vive, pero no lo hace por completo, hay cuestiones socioeconómicas, raciales, culturales, educativas y de género, que impiden que el individuo sea un reflejo o un espejo de la sociedad en que le tocó vivir. Y hay en el individuo, hombre o mujer, un núcleo muy íntimo y personal, propio, que hace posible que la percepción y la visión que del mundo social que tenga, sea necesariamente unilateral y parcial, es un punto de vista, y si bien este se retroalimenta y actualiza con el paso del tiempo y la experiencia, no es omniabarcante. Por ello, quienes creen que estudiando a un individuo conocen a la sociedad se equivocan, pues dejan de ver lo social, lo macro, lo que supera al individuo y que es cualitativamente diferente, muy distinto. Por eso la sociología es necesaria. La sociología no sustituye a la psicología ni otras ciencias sociales, pero aporta un punto de vista propio peculiar.
Cuestiones como la ideología, la cultura, las tradiciones, el folklore, la urbanización, la moda, la industrialización, y muchos otros más no son explicables observando y estudiando al individuo.
Sólo la mirada sociológica puede ayudar a conocer y entender esos hechos y fenómenos (sociales). De una manera radical, Emile Durkheim uno de los padres de la sociología propuso que lo social sólo se explica por lo social, en parte tenía la razón, pero hoy sabemos que una comprensión profunda de lo social, implica la convergencia de conocimientos originados en otros campos del saber como la ciencia política, la psicología, la historia, la economía, la antropología social y física; y a veces también necesita de conocimientos de la arqueología y la biología. Con ellos el sociólogo llega a su propia síntesis crativa y conclusiones desde su propia perspectiva. Y puede en consecuencia, hacer un aporte original y sustantivo.
Enseñar sociología como lo que es, un saber científico, es pués necesario para entender al hombre y la sociedad, pues así como no hay sociedad sin individuos humanos que la conformen, tampco hay hombre sin la sociedad, pues él es un ser gregario, es decir, un ser social, que se construye a sí mismo en contacto y en interrelación con los demás y los diversos bienes materiales, intelectuales, sentimentales, emocionales y morales que han producido. Privar a la sociedad de la enseñanza y la práctica sociológica , especialmente a las jovenes generaciones, es de alguna forma, privarlos de saberes indispensables para crear una vida mejor en el presente y el futuro.

Sociología y educación superior privada

La sociología ha estado excluida de la educación superior privada en México y muchos paises de América Latina. A difencia de otras ciencias sociales como la Ciencia Política, la Antropología, la Psicología social y general, la sociología no se enseña en las universidades privadas. Son varias las causas de este hecho. Sin pretender hacer ahora un estudio exhaustivo queremos señalar algunas de sus principales causas y de las consecuencias que producen.
En primer lugar esta un desconocimiento generalizado de lo que es la Sociología en tanto saber científico. Para muchos la sociología no es sino un conocimiento presuntuosos de lo que ya se sabe por el sentido común; para otros se le puede reconocer un espíritu enciclopédico pero igualmente inútil, y para algunos más no es sino un afán hipercrítico muy propio de gente frustrada y disgustada con la sociedad en la que le toco vivir. Se desconocen las posibilidades de que la sociología aporte conocimientos útiles y prácticos.
En segundo social, dado el desconocimiento al que hemos aludido, también es un saber respecto al cual hay grandes y graves pejuicios. Tal vez el principal de ellos sea que se vincula a la sociología con los movimientos de descontento social, con las intenciones reformistas y revolucionarias y, sin duda alguna con el marxismo (materialismo histórico y dialéctico). Lo cual sólo es cierto parcialmente, pues se desconoce que si bien la sociología nació con una intención positiva de construir una mejor sociedad (vease a Augusto Comte o a H. Spencer por jemplo), eso no significa que se estuviera necesaria y unicamente a favor del cambio radical y menos aún violento. Esta postura ha sido especialmente popular en países como México, en vías de desarrollo, o más crudamente dicho, en naciones del tercer mundo.
En tercer lugar habría que reconocer que en los grupos dominantes oligárquicos, hay un verdero miedo a un autoanálisis crítico de la sociedad. Sencillamente no se quiere saber lo qué somos y cómo somos, así como lo que hemos sido a lo largo de nuestra historia. La historia es para olvidarse y enterrarse lo más profundamente posible, donde las miserias sociales ya no sean visibles ni recuperables. Aun más, este miedo se extiende también hacia las cosas positivas, hacia los triunfos, logros, éxitos que se han conseguido. Hay una incapacidad para reconocernos alguna virtud, bondad, conquista. Se trata de una especie de autismo gracias al cual nos aislamos del presente y el pasado. Lo bueno, lo mejor sólo puede venir del extranjero, especificamente de Estados Unidos o Europa.
Puestas así las cosas, y dado que son las capas sociales privilegiadas de la sociedad las que acceden a las universidades y tecnológicos privados, aquellas que no quieren ver lo que realmente son y temen perder sus privilegios, buscan mantener su situación y ventajas en gran parte fundamentados en la ignorancia de los demás, de la mayoría, es entendible entonces que una ciencia como la sociología sea excluída. Pero al hacerlo pierden más de lo que ganan, porque cuando claman por una sociedad más segura, más justa, más equitativa y menos desigual, más estable y pacífica, no se dan cuenta, que al excluir a la sociología de sus programas de grado y posgrado, se han negado un instrumento que sumado con otras herramientas (saberes científicos y técnicos), puede coadyuvar sustantivamente en el mejoramiento de la sociedad en sus aspectos políticos, económicos y socioculturales. Creen que basta con la perspectiva psicológica o psicoanalítica que ve más hacia el individuos en particular, que a lo social. No se dan cuenta que la simple suma de individuos no hace la sociedad y que ésta última es cualitativamente diferente. Es pués necesario reivindicar el saber sociológico, impulsar la práctica científica que le es propia, aprender las lecciones que enseña, aplicar los conocimientos que produce de manera útil y práctica, para hacer realidad el sueño de muchos de sus fundadores y principales pensadores: una sociedad mejor, que permita la mejor vida posible para individuos, grupos y comunidades, para la sociedad toda.