lunes, 25 de julio de 2011

Sociología y Arqueología Industrial

Hasta hace no mucho tiempo, se pensba que el fin exclusivo de la arqueología era el estudio de las cosas viejas, de los vestigios que podían encontrarse en las zonas rurales o urabanas, pertenecientes a sociedades prehistóricas o sencillamente muy antiguas. La finalidad de esta ciencia era, y sigue siendo, estudiar las viejas producciones humanas, para a través de ellas, tratar de comprender el pensamiento, los valores y la cultura de quienes fabricaron dichos objetos. Es decir, se reducía el estudio arqueológico de las sociedades primitivas, lo cual por cierto sigue haciendo pero ya no solamente eso. Ahora su campo se ha extendido al pasado reciente y al tiempo contemporáneo. Es decir, a las modernas sociedades occidentales. En este caso se trata de estudiar los objetos materiales que nuestra sociedades producen, para entender nuestra propia cultura, nuestra propia civilización. A esta nieva rama de la arqueología se le ha llamado arqueología industrial. Otros la llaman arqueología del presente o arqueología contemporánea. Sus oríegenes se remontan a Francia, a finales del siglo XVIII, en que se crea el primer museo técnico del mundo, el Conservatoire des Arts et Métiers, en el que se guardaban herramientas, utencilios, instrumentos y maquinas, gracias al desarrollo del concepto de Patrimonio Industrial. No será sino hasta fines de la II Guera Mundial en que se configure y empiece a desarrollar todo un movimiento académico y popular enfocado a la conservación de las construcciones industriales. Michael Rix llamará en 1955 a investigar y preservar los vestigios de la industraialización, en tanto que Kenneth Hudson definirá esta nueva área de la arqueología, como "El descubrimiento, catalogación, y el estudio de los restos físicos del pasado industrial, para conocer a través de ellos aspectos significativos de las condiciones el trabajo, de los procesos técnicos y los procesos productivos." Será a partir de entonces en que se desarrolle eta nueva especialidad arqueológica en Gran Bretaña, Europa continental extendiendose también a los Estados Unidos. Paralelamente, la Arqueología Industrial expandió también su territorio, no sólo a lo específicamente industrial, sino a todas las cosas u objetos que usamos cotidianamente en la vida diaria. Y es justamente en esa expansión que abarca el estudio y la investigación de los objetos de uso cotidiano donde la arqueología industrial conecta con la sociología, si entendemos a esta ciencia social, como el estudio de las relacione sociales ( que como sabemos pueden ser de muy diversa índole). Y si consideramos que gran parte de los objetos que usamos son productos industriales, producidos en grandes cantidades para consumo masivo. El objeto o cosa entonces influye en gran manera en el cómo las relaciones sociales se llevan a cabo, determinandolas en gran medida. Y tal cosa no sucede sólo en el proceso de fabricación, sino también, en su uso diario En estes entido, el objeto no sólo es parte del contexto en que se da una relación social, sino una parte integrante de la misma. Muchos papeles no pueden ser ejercidos ni funciones cumplidas sin recurrir al uso y manipulación de las coas materiales, sean instrumentos, herramientas, maquinaria, productos semielaborados o elaborados ya para el consumo. Esto se puede ver muy claramente en los procesos de comunicación (célular, televisión, computadora) y transporte (automóvil, omnibus tren metropolitano, avión), en la alimentación (vajillas, cubiertos), en la aplicación de la medicina (instrumental quirúrjico), por poner sólo unos ejemplos. De tal forma, que el sociólogo para entender a la sociedad y a los procesos y relaciones que se dan en ella, no puede prescindir de los objetos materiales que median o intermedian esos procesos y relaciones.
En el campo educativo, poco se podría entender sobre el cómo era la educación de nuestro tiempo, sin poner atención al salón de clases, al pizarrón, el gis, el escritorio, a las bancas y su acomodación e incluso la decoración del mismo; a los patios de juego o la canchas deportivas. Pues es justamente en la aula, en el auditorio, en la cancha deportiva, en donde se materializa y concretiza la idea de educación que una sociedad ha creado y se ha dado a sí misma. Así pues, sociología y arqueología industrial se necesitan una a la otra, se alimentan una a la otra, para una mayor y mejor comprensión d la sociedad y la cultura, plenamente localizadas en el espacio temporal y físico.
Vease también: http://pedrosotom.blogdiario.com el Omnbus Amarillo para otros escritos de Arqueología del Transporte.

sábado, 23 de julio de 2011

Acción y contexto IV

Habiendo ya desdoblado el contexto, en dos, lo interno y lo externo, como propusimos en la particpación aterior, adquirimos más herramientas para poder hacer una evaluación más exacta de la acción humana, sea individual o de carácter colectivo. Lo interno y lo externo influyen en la conducta humana simultáneamente; no es primero uno y después el otro, sino ambos al mismo tiempo. Y el investigador debe considerarlo así, según nuestra opinión. Recuerdese que Parsosn nos propone que toda acción es nodal, es decir se inscribe en los 5 contextos de la misma. Así en una acción cualquiera, sguiendo la jerarquía parsoniana, la cultura de la sociedad y la personal (y grupal) determinarán mucho de la manera de conducirse de un individuo o grupo; en el siguiente nivel la normatividad (leyes de la sociedad) así como las normas de comportamiento que impone la sociedad desde "afuera", en la forma de leyes y reglamentos, decretos, etc. se cominarán de alguna manera con las normas que una persona o coelctividad se dan a si misma para regir, guiar o limitar su conducta. En el tercer nivel encontramos las relaciones sociales que es necesario establecer con los otros seres humanos para poder lcanzar nuestros fines y metas, relaciones que se dan en el marco de una determinada estructura, más o menos sólida que preexiste a nuestra existencia propia y nos dice como establecer las relaciones con los demás, en función de los objetivos pereguidos y en función de nuestra posición y papel que ocupamos dentro de esa misma estructura social. La estructura social facilita y posibilita cierto tipo de relaciones sociales y limita y obstaculiza otras y con eso hay que sabe jugar. Desde la parte interna, es decir, personal debemos tener tanto un conocimiento de como funcionan las relaciones sociales en el exterior a nosotros mismos y una cierta aptitud y capacidad para llevar a cabo esas relaciones lo más satisfactoriamente posibles.
En el siguiente nivel, el psíquico, que es el que Parsons le concedía la función primordial de la toma de decisiones de toda índole, ya fueran personales o sociales (que incluyen lo económico, político, cultural, etc.) es el campo de las decisiones, pero también el de las motivaciones e intenciones individuales o coelctivas. Por un lado están aquí la personalidad, carácter y temperamento del individuo y por el otro la idiosincracia de la sociedad. Aquí en cajan perfectamente los conceptos de autorreferencia autopoiésis (autoconstrucción) a que se refeía Luhmann.
Finalmente en la base, encontramos lo biológico y lo ambiental. Lo biológico en relación a nuesto organismo como seres vivientes, el organismo neurofisiológico al que se refería Parsons, y; por otra parte, lo ambiental, es decir el medio ambiente natural o artificial que circunda a los individuos y colectividades. Es el campo o terreno en que los estudios de antropología física y la arqueología y la psicología ambiental son muy fructíferos.
Toda acción se da en todos estos niveles, sea económica, política, científica, tecnológica, afectiva o de cualquier otro tipo posible. La determinan y la condicionan en gran medida, limitando o ampliando las posibilidades de acción, sus alcances, su sentido. Aquí se da el problema de la contingencia luhmaniano también.
Este es el primer asunto, sobre el que en esta visión sistémica se pueden llevar a cabo estudios, investigaciones y evaluaciones prácticas y utiles. El siguiente nivel sera el de la acción nodal que trataremos en la siguiente participación.

Estudiar la
Un primer nivel de

jueves, 14 de julio de 2011

Propuesta propia, Acción y Contexto II

Continuado nuestra propuesta, y con el tema del contexto, después del contexto social, seguiría según el esquema jerárquico, el contexto psíquico que tiene que ver con la cuestión mental, la personalidad, el carácter y el temperamento del individuo y sus equivalentes grupales y colectivos. Partimos del heho de que así como cada individuo tiene su propia idiosincracia, los grupos y comunidades también lo tienen, de tal manera que mucha veces la acción de un individuo o colectividad se ve constreñida o liberada precisamente por esa idiosincracia. Entendido así el contexto psíquico el individuo toma decisiones y ejerce su voluntad de actuar dentro de los límites que impone la psique de la colectividad. Como en los casos anteriores, hay un adentro y un afuera contextuales. El individuo actúa desde su propia personalidad, carácter y temperamento y lo hace en el marco de esos mismos elementos considerados para la comunidad dentro de la cual el individuo actúa.
Finalmente, en la parte má baja de la jerarquía propuesta por Parsons y que nosotros hemos seguido aquí, encontramos el conetxto biológico, que desdoblado da lugar a considerar por una parte el organismo neurofisiológico, el cuerpo con sus funciones, capacidades y limitaciones y; por otra, el medio ambiente exteno al individuo. El primero se corresponde a lo interno, el segundo al externo. En el medio ambiente consideramos no solo a la naturaleza en cuanto tal, sino el mundo material como ha sido modificado por el hombre en su actividad creativa productora de cosas y objetos muebles e inmuebles, entre los que se incluyen instrumentos, herramientas, maquinaria, edificios, infraestructura, objetos de arte, etc. Mundo de cosas que es resultante de la capacidad humana de crear, inventar, modificar, adecuar; de fabricar, contruir y edificar.
Dado que vivimos en sociedad, este es uno de los temas, que sin abandonar la perspectiva que nos propone observar la acción como nodal, nos permite estudiar al hombre, su cultura sus relaciones sociales y acciones volitivas, mediadas por las poisbilidades y limitaciones que nos otorgan nuestros cuerpos en sus diferentes etapas de desarrollo de un lado, y el otro, las posibilidades y limitaciones que nos impone el medio ambiente externo, sea la gran metrópoli, el pueblo o el campo con toda sus elemental naturalidad. Es decir, mediadas por los objetos naturales y artificiales producidos por el propio hombre, que es por cierto, el tema de la arqueología.