miércoles, 2 de enero de 2013

Considerar los hechos en su contexto sociohistórico

Un error muy frecuente en los análisis sociológicos y de otras ciencias sociales y el periodismo, es no considerar los echos en su contexto social e  histórico. Ello da por resulatado análisis incorrectos y, consecuentemente, resultados erróneos. Muchaas veces al juzgar un hecho pasado, se olvida que esos hechos sucedieronen circunstancias muy diferentes a las presentes y que, por lo tanto, no pueden ser evaluados como si hubieran sucedido en estos momentos y situación. Por ejemplo en el caso de los matrimonios, se tiende a condenar a aquellos que se casaron muy jóvenes, en la edad de la adolecencia, pero se olvida que cuando esto era un hecho generlizado y socialmente aceptado, la esperanza de vida de los seres humanos era mucho menor, igual se deja de tomar en cuenta que las tasas de mortalidad de los niños eran muy altas, así que muchos fallecían sin haber llegado siquiera a la juventud o a la adultez plena. Ahora, con los avances científicos y tecnológicoss en materia de salud y nutrición, la esperanza de vida se ha incrementado mucho. Ya no existe pues la presión para que los seres humanos contraigan matrimonio y se vuelven padres a muy temprana edad. También la cultura y la educación han caminado en el sentido de promover que los matrimonios se realicen a maás edad. El largo ciclo que va de la educación pre-escolar al posgrado, las presiones de pindole laboral han presionado para retrasar el matrimonio y la paternidad/maternidad a edades que rondan los veinte o treinta años inclusive. Así que bajo los parámetros socioculturales, económicos y de la salud, pensar en matrimonios en la adolecencia paraece no sólo insensato sino grosero y, agunos dirán, abusivo. Una violación de los derechos fundamentales del ser humano.
Este ejemplo no sirve pues para darnos cuenta que a las cosas (en el sentido durkhemiano), los hechos o fenómenos hay que juzgarlos en su época, cultura, estado de desarrollo social, político y económico y no desde una mirada prejuiciada e ideologizada de la cultura y ética presentes. Así no se puede sino caer en graves errores de interpretación y en un conocimiento erróneo de las cosas, que poco o nada sirve. La obsrvación  sociológica tiene que considerar pues ambas cosas: analizar y jusgar   las cosas en su contexto sociohistórico y evitar que esa observación se contamine del presente y se prejuicie e ideologice. Y así como el ejemplo que pusimos, cada hecho o fenómeno, incluso cada teoría o enfoque metodológico, debe ser analizado, en su época y contexto.