viernes, 25 de enero de 2013

Perspectiva sistémico funcionalista para diseño de proyectos y su evaluación

El enfoque estuctural funcional, funcionalista o sistémico funcionalista, pese a ser muy general y abstracto, puede muy bien ser utilizado tanto para la evaluación de una acción individual o grupal. como para la planeación de un proyecto de intervención social, política, económica, etc. El punto de partida es un actor, sus necesidades y expectativas a satisfacer; a continuación deberá considerarse el tipo de acción que puede llevara acabo, ya sea con arreglo a fines, a determinados valores o principios, a ciertos sentimientos afectivos o, de acuerdo con arreglo a la tradición (Weber). El tercer elemento a considerar será el principio de la acción nodal (Parsons), es decir, la que la acción se realiza suimultáneamente en los llamados subsistemas de la acción. Ahí se reconoce que la acción va desde lo cultural a lo orgánico, pasando por lo normativo, lo social, y lo psíquico. El cuarto paso es considerar que toda acción individual o grupal se lleva a cabo en el marco de un contexto (entorno), el cual puede ser o no favorable a la acción, puede favorecerla, pero también dificultarla, y en caso extremo impedirla. El contexto o entorno, es el lugar ideal de lo contingente, del azar, de las consecuencias latentes (inesperadas). Finalmente, en un quinto momento se da lugar a la evaluación de las acciones emprendidas, sus motivaciones, intenciones, así como del grado en que cumplen con satisfacer las necesidades y expectativas del autor-actor. Como en toda acción humana, puede suceder que los resultados arrojen tanto consecuencias manifiestas positivas y negativas, como latentes igualmente positivas o negativas o, en último caso, neutras (Merton). De estos resultados se pueden obtener datos pasa sabe donde fallaron las acciones emprendidas, en que subsistema de la acción las cosas no se llevaron a cabo como se esperaba, en dónde hay que hacer correcciones o cambios. Desde el punto de vista de la elaboración de un proyecto, el esquema sistémico funcionalista nos advierte tomar todas las previsiones posibles para que en cada subsistema se tengan los elementos necesarios para que la acción que se llevará a cabo logre el alcance de su meta. Elementos que serán en parte determinados por la necesidad a satisfacer, pero también en parte de acuerdo a las posibilidades que ofrece el entorno circundante.
Una última consideración al respecto, es que para fines prácticos el actor puede ser tanto una persona en lo particular, como una colectividad, ya sea un club, una empresa, una asociación civil, un organismo público del Estado. En la medida en que operan como una entidad individual de manera racional, con arreglo a determinados fines y metas, con procedimientos y métodos igualmente racionales, pueden ser considerados de manera equivalente.
Es importante recordar que dado que el esquema parte del punto de vista de ese actor (individuo o agrupación), la funcionalidad de la acción, es decir, el que la acción cumpla con los fines perseguidos, depende o mas bien se evalúa en función de esas metas o fines perseguidos y la necesidad que les da origen. Así la funcionalidad se convierte en un elemento relativo, dado que lo que puede ser funcional para un autor-actor, puede no serlo para otro que se encuentra en un lugar social y en circunstancias diferentes. Esto necesariamente lleva a la posibilidad de un conflicto abierto o velado de intereses. Lo que beneficia a uno, no necesariamente beneficia a otros. Y esto debe ser considerado ya sea al elaborar un proyecto como al evaluar sus resultados.