jueves, 27 de agosto de 2009

La sociología en el siglo XXI

L a sociología es una ciencia, una ciencia social, por tanto su trabajo fundamental consiste en investigar y en dar cuenta de manera entendible de los resultados de su labor. Desafortunadamente el trabajo básico de la sociología, que es investigar, se ha limitado al espacio universitario. Desafortunado porque debería haber otros espacios, en los sectores público, social y privado en donde también se hiciera investigación social pertinente y aplicada.
La sociología nació con la intención de colaborar a construir una sociedad más armónica y más organizada, en que se conjuntaran los esfuerzos de todos sus miembros en aras de superar el desorden y el caos imperantes en Europa en el siglo XIX, especialmente en Francia. Con esa misma intención llegó a a América Latina ese mismo siglo, en manos de los famosos positivistas. El lema era: "orden y progreso". Hoy podemos decir que aunque han pasado ya cerca de 200 años, para muchos sociólogos, esa intención de origen sigue vigente, pues como es fácil ver alrededor, muchos problemas de desigualdad, injusticia, miseria, discriminación, violencia, etc. siguen vigentes y otros nuevos han aparecido en el devenir de los tiempos. No quiere esto decir que debemos seguir utilizando los métodos y técnicas del siglo XIX, sino, por el contrario, que debemos impulsar el desarrollo de nuevos métodos y técnicas de investigación, así como nuevos enfoques teóricos que permitan ver la realidad no sólo con nuevos ojos, sino con una vista más incisiva y más aguda. De hecho así ha sucedido en Europa y Estados Unidos, no así en los países del llamado tercer mundo, que se han dedicado a importar teorías, métodos y técnicas de los países del primer mundo.
Para las naciones en vías de desarollo o emergentes, la tarea sociológica es ardua y pesada, pues una de sus tareas más importantes es ser capaz de desarrollar enfoques explicativos e interpretativos que sin dar la espalda a la ya añeja tradición sociológica, sean novedosos, originales y creativos y, claro está sean útiles al trabajo científico. Esto supone también la imaginación para problematizar la realidad, es decir, para encontrar nuevos temas de investigación y estudio, conforme la realidad los presenta en su constante evolución.
Pero hay un aspecto más sobre el que la sociología tiene un atraso notorio, que es la aplicación práctica de sus saberes y su cúmulo de información a la resolución de los problemas sociales que se sufren cotidianamente en la sociedad, sean estos antiguos o emergentes. Es decir, hay un atraso en desarrollar una "ingeniería social" que aplique de manera útil y práctica los conocimientos adquiridos.
La formación de nuevas generaciones de sociólogos debiera estar enfocada a preparar a los estudiantes en los dos sentidos ya aludidos: investigación y aplicación práctica de los resultados de la investigación. La meta: resolver los graves problemas sociales, políticos y socioculturales que hoy afrontan la gran mayoría de las sociedades ahora.
La sociología no tiene porque ser un conocimiento enciclopédico que se quede encerrado entre las paredes de los cubículos o las biobliotecas, sino que tanto en su fase de investigación como en su parte ingenieril debe salir a la plaza, a la calle, al parque, al metro, a la unidad habitacional, a la pequeña población rural o costera, para hacer sus tareas sustantivas. La sociología ha de saber observar, entender y a partir de ello, crear y proponer. Sí, crear y proponer soluciones orginales, para no quedarse en la simple denuncia. Tal es a nuestro juicio la responsabilidada de la sociología en el siglo XXI.