domingo, 30 de octubre de 2011

Objetividad y subjetividad en sociología

El compromiso de la sociología como ciencia social es ser objetiva, lógica, racional, apegada a los hechos más alla de emociones, sentimentalismos o juicios morales. Estamos de acuerdo con ello, sin embargo se debe considerar que como la sociología estudia a la sociedad desde dentro, es decir, el sociólogo investigador es parte de la sociedad que él estudia, es prácticamente imposible eludir los factores sentimentales, emocionales, afectivos e ideológicos. Y consecuentemente, es muy difícil ser imparcial fente a los hechos o fenómenos que se estudian, que son esencialmente humanos, sobre todo cuando ellos se relacionan con las grandes desigualdades sociales, la pobreza, la marginación, la enfermedad, la delincuencia o la corrupción, por poner sólo unos ejemplos. Así, la objetividad, la imparcialidad e incluso la fría neutralidad, deben ser más una aspiración que se busca cumplir mediante los métodos, las técnicas y los instrumentos de investigación, a sabiendas de su imperfección, y de que eventualmente se puede hacer un uso poco honorable y recto de los mismos. El uso de los métodos y las técnicas así como de las herramientas, por precisas y sofisticadas que sean, no pueden eventualmente evitar que se cuelen en la investigación nuestos afectos o rencores; simpatías o antipatías. En verdad que sólo toca al sociólogo mantener el control  de sus aspector emocionales y sentimentales mediante una honorabilidad y moralidad conscientemente asumidas y ejercidas en su trabajo cotidiano. El sociólogo debe aprender que muchas veces los resultados de su investigación pueden llegar a ser contrarios a sus intereses y preferencias y que, a pesar de ello, debe repetar tales resultados si realmente aspira a a hacer un aporte valioso y significativo en su ámbito profesional y a la sociedad. No se le pide al sociólogo que sea totalmente neutral y objetivo, pues es pedir no sólo un imposible sino que también es poco saludable. El sociólogo no es una maquina, es un ser viviente, no es un estudioso de la materia inamnimada, sino de seres de carne y hueso, que piensan y sienten, tal como él. Por ello no es posible la neutralidad y la objetividad absolutas. El sociólogo ve la realidad, la observa, la mide, desde un lugar determinado en la edificio social, en un momento histórico determinado y en una situación específica. Y es a partir de su cúmulo de conocimientos, de su experiencia de vida personal y profesional, que saca conclusiones y consecuencias de lo que observa y analiza. Por lo tanto, el reto es más bien poner la objetividad  y la subjetividad en el lugar que les corresponde. Mucho de lo que hoy sabemos sobre el hombre en sociedad, sobre las relacione sociales, sobre la acción, no se hubiera estudiado si tales hechos o fenómenos no hubiesen despertado la curiosidad del sociólogo, si no le hubiesen conmovido, si no hubiesen despertado algún tipo de reacción emocional en él. Tampoco el socióologo podría hacer algún tipo de propuesta política o social, si no mediara un interés legítimo por el bienestar de una comunidad, grupo o la sociedad.
El estudio de lo social nunca ha sido, es o será neutral so pena de caer en la indiferencia y la insensibilidad, en cuyo caso los aportes del sociólogo serían poco o nada útiles y valiosos. Si los aportes de los padres de la sociología fueron valiosos, se debió a su compromiso por mejorar la sociedad en que les toco vivir, o cambiarla para construir algo mejor, son los casos de por ejemplo, Carlos Marx, o Augusto Comte, Emile Durkheim, Spencer, Max Weber y muchos más. No fueron ajenos a los problemas y dificultades de su tiempo y sosciedad. Hoy debiéramos seguir su ejemplo aportando saberes y experiencias para crear un mundo mejor para todos.

jueves, 27 de octubre de 2011

Acción social, contexto histórico y moralidad

El esuqma de Tlacott Parsons sobre el que hemos venido trabajando se ubica a un nivel teórico muy abstracto y general. Por lo tanto, para su aplicación práctica, se requiere necesariamente considerar aspectos que no están incluídos en el esquema mismo, nos referimos a las condiciones económicas políticas, sociales y culturales en un momento histórico dado. No se puede pretender que el esquema funcione de manera analítica y explicativa, sin esa contextualización en las condiciones reales de existencia de u actor social sea este, persona, comunidad, grupo, clase social, etc. Tampoco se puede pretender que funcione como esquema para diseñar y ejecutar acciones sociales sin esa consideración a la situación específica real en que vive y acciona el actor. Esa es la ventaja y, paradójicamente la desventaja de un esquema abstracto como el quie Parsons proporcionó.  Ventaja en el sentido de ser de aplicación general, desventaja si no se toma en cuenta el contexto real en el que se inscribe la acción.
Pero por otra parte, también hay que considerar la moralidad de la acción, tema en el que hasta donde sabemos Parsons no incursionó. Moral que debe see estudiada, como lo propuso Emile Durkheim, en términos de los valores en que se sustenta una determinado curso de acción, no en cuanto a si esos valores son buenos o malos, justos o injustos, adecuados o inadecuados desde un punto de vista ético y axiológico. La cuestión es si esos valores que dirigen la acción son los pertinentes en función de los fines que se persiguen, porque como bien sabemos,  no todo fin justifica todos los medios. O bien puede ser, como sucede muchas veces, que una acción puede resultar funcional (positiva) a corto plazo y sin embargo considerada a mediano o largo plazo disfuncional en términos del fin perseguido. Creo que todos hemos pasado por la experiencia de buscar un benefico inmediato (corto plazo) que a la larga resultó claramente contraproducente y acabó generando más problemas que beneficios. En la elección de ese bien inmediato en lugar de beneficios de mediano o largo plazo indudablemente entran en juego ciertos valores que el sociólogo debe considerar en su análisis o en el diseño e implementación de políticas públicas. Igual cosa se puede plantear en la disyuntiva entre el beneficio personal egoísta y el benefico colectivo de una comunidad. El ganar a costa del detrimento de la comunidad en que se vive u organización en que se trabaja, puede tener consecuencias claramente disfuncionales para el actor. De ahí entonces, que el esquema parsoniano no deba ser reducido a una postura pragmática y utilitaria de valores, ajena a consideraciones que van más allá de los fines inmediatos  egoístas prácticos. La consideración moral de las acciones del actor obedece a dos cuestiones, por un lado la libertad de acción del actor mismo, y por la otra a que casí en todos los casos (excepción de condiciones extremas), existen varias alternativas de acción posibles entre las cuales optar, una de las cuales será elegida  por el actor.Entonces la pregunta es, ¿por qué el actor elige tal curso de acción y no otro?, ¿qué valores estan implícitos en su decisión? Estas son preguntas que pueden y deben ser respondidas a nivel sociológico también en el análisis funcional. En algunos casos nos darán información de primera mano sobre la diferencia entre los valores declarados y los valores que realmente se ponen en práctica por los actores sociales. A veces hay congruencia entre unos y otros, pero muchas veces no.
Concluyendo, un análisis del tipo que nos propone Parsons puede ser muy útil para el sociólogo en la medida en que se tome en cuenta  por un lado, las condiciones históricas específicas en que se enmarca la acción y, por el otro, el esquema valoral( moralidad) que subyace en el momento de tomar tal o cual opción posible para actuar en función de los fines perseguidos.   

El análisis sociológico de la igualdad y la desigualdad

El análisis sociológico de la igualdad y la desigualdad implica, popr lo dicho en la participación anterior, no tomar partido en favor de una u otra postura, sino más bien el estudio y análisis de casos en que los principios de igualdad y desigualdad funcionan adecuadamente, o fracasan en experiencias de vida real. No se trata de hacer juicios morales sobre la bondad o maldad de uno u otro elemento, sino más bien, determinar en que casos reales en la vida social, económica, política y cultural, cada uno ha funcionado positivamente o ha acabado siendo disfuncional a los fines y metas que persigue una persona, una colectividad, una organización o la sociedad en su conjunto. Pra tal efecto se requiere necesariamente utilizar todas las armas teórico metodológicas y las técnicas de investigación con que cuenta la sociología como ciencia social. En este sentido, nos parece de especial importancia la experiencia directa de campo. Si bien se requiere una sólida formación teórica, finalmente lo que más datos útiles aportará será la mirada atenta de la realidad, de la conducta  observable de personas, grupos, comunidades vivas.
Iguadad y desigualdad deben ser entendidos entonces como "hechos sociales" extenos al individuo investigador, como "realidades" que se imponen más allá de gustos y preferencias, o creencias teológicas y filosóficas.
Dereminar en que casos funcionan en la vida práctica y real esos principios de igualdad y desigualdad nos parece especialmente importante si lo que se busca es acumular conocimientos y experiencias que sirvan de base para el diseño de políticas públicas, programas de desarrollo comunitario y vecinal, proyectos de intervención comunitaria o la acción planificada de ong´s y grupos de apoyo. La pregunta de base para el sociólogo es, ¿en qué debemos y podemos considerarnos iguales y en qué podemos y debemos considerarnos diferentes? Todo esto con la mira puesta en logra una sociedad menos injusta y más equitativa, también, por qué no decirlo, más sana. Debemos bajar de los principios meramente filosóficos a la experiencia de vida; de las reflexiones teóricas y lógicas a las situaciones concretas en que esos principios se tratan de aplicar con tal o cual interés y finalidad de por medio. Y entonces, obtener el saldo de consecuencias funcionales - disfuncionales. Pues en todo acto o hecho humano hay consecuencias de ambos tipos que deben ser consideradas por el sociólogo. Habrá casos en que el principio de igualdad sea aplicabe y se obtengan resultados positivos, como es el asunto de los derechos humanos fundamentales, pero habrá otros en que las diferencias deban ser consideradas para bien del ser humano, por ejemplo, no se puede juzgar bajo los mismos parámetros jurídicos a u un niño que a un adulto, o a un enfermo mental de una persona psiquicamente sana. Entonces la desigualdad que distingue esas diferencias debe aplicarse en beneficio de las personas o grupos implicados en el caso. Como se verá, no se trata de hacer juicios morales o de asumir posturas filosóficas determinadas, sino de obtener información práctica y objetiva de la vida social real.    

lunes, 24 de octubre de 2011

Sociología, igualdad y desigualdad

Estamos muy acostumbrados a ver el lado negativo de la igualdad y la desigualdad. Igualdad significa hacer que todos pensemos, gstemos y vistamos de la misma forma, que actuemos como seres reciclados, como copias unos de los otros; desigualdad significa la imposibilidad del mínimo acuerdo porque todos somos diferentes y no hay posibilidad alguna de comunicación y, en consecuencia, es imposible toda acción para acordar y para hacer común algo. Ni una cosa ni la otra son verdades y menos absolutas. El socíologó como buen observador de los hechos sociales y la naturalea humana, no puede menos que caer en cuenta que igualdad y desigualdad tienen su lugar adecuado y que a ambas se les puede considerar positivamente. Baste recordar que en la base de la existencia como seres mortales, como especie animal, esta una cierta condición de igualdad que nos empareja, todos tenemos un cuerpo que tiene en el caso los mismos elementos constituyentes, los mismos, órganos, glandulas, músculos; todos pasamos por un mismo ciclo de vida (nacemos, crecemos, maduramos, envejecemos)y vivimos en promedio más o menos el mismo tiempo. Sobre esa base muy general encontramos luego las diferencias de sexo -algunos prefieren usar la palabra género-, que divide a la humanidad en dos grandes grupos, hombres y mujeres. Y todos los hombres entre sí, y todas las mujeres entre sí también, comparten una serie de características comúnes a su condición masculina o femenina.  En un escalón superior encontramos las diferencias de personalidad, de carácter o temperamento, que nos distinguen de los demás, nos hacen individuos, personas, seres únicos, irepetibles, nos dicen teólogos y filósosfos. Si observamos, se trata entonces de una especie de pirámide que va de lo común a todos, de lo general que nos distingue como especie animal viviente, a  lo particular, en donde nos distinguimos claramente unos de otros. Visto así, encontramos que hay un sustrato o base de igualdad sobre el que se construyen las difrerencias y particularidades de cada quien. Sociologicamente entonces igualdad y desigualdad son dos caras de una misma moneda, o si se quiere, dos aspectos de la naturaleza humana que es una e indivisible. Dos aspectos que se combinan en todo momento, lugar o tiempo y en cada miembro de la especie. Y por lo tanto, dos aspectos a considerar en el estudio e investigación del comportamiento humano. Dependiendo la situación y las circunstancias puede parecer que prevalece o una u otra, pero a nuestro parecer, ambas coexisten, se mezclan, se interelacionan, pues una sin la otra no pueden existir. De allí entonces que el sociólogo debe prestar atención a ambos y a la manera en que se relacionan y se condicionan. Si un día aspiramos a construir una sociedad más justa tendremos que considerar ambos elementos vistos nodalmente, es decir, integral y simultáneamente. porque lo justo no es necesariamente la igualación de todo, como tampoco lo contrario, la desigualdad total.
Hay aspectos en los que la igualdad debe prevalecer, como por ejemplo, cuando se trata del acceso a la seguridad social, la alimentación, el cuidado y la protección de la salud o la seguridad pública; pero también hay aspectos en que la desigualdad debe protegerse y hasta fomentarse, por ejemplo, cuando se trata del desarrollo vocacional y profesional. A cada persona se le debe dar el espacio (igualdad de condiciones de base) para que defina sus metas en la vida y tenga la oportunidad de alcanzarlas con su determinación, esfuerzo, capacidad y habilidades. Para lo cual, es oportuno decirlo aquí, muchas veces necesitará de la colaboración y el apoyo de otros seres humanos. Así que la igualdad y la desigualdad se mezclan en la misma forma en que lo individual y colectivo; cada uno necesita de su contrario (opuesto).  Cuando esa unidad dialéctica se rompe, y uno de los elementos toma un papel preponderante y hegemónico, la armonía se rompe y la sociedad enferma y se degrada. Ni el individualismo ciego y egoísta encerrado en sí mismo que se olvida que somos seres gregarios por naturaleza, ni el colectivismo que tiende a anular al individuo en aras de supuestos y discutibles bienes superiores.  

martes, 18 de octubre de 2011

Subsistema biológico ambiental y la economía

Si bien la economía se refiere a la administración de los bienes  y recursos materiales con los que el hombre satisface sus necesidades de todo tipo, empezando por las básicas, como la alimentación, la protección (de la naturaleza y otros seres humanos), etc. y por eo Parsosns la incluyó dentro del subsistem abiológico, dado el desarrollo de la economía y su autonomización de  lo material, habría que preguntarse, si lo económico debiera o no considerarse un subsistema de la acción aparte. Cierto es que la economía no ha dejado de estar íntimamente relacionada con lo material, con los recursos y bienes naturales y artificiales que usamos para satisfacer las  necesidades básicas, pero también es verdad que ahora se relaciona estrechamente con la satisfacción de deseos y caprichos que se colocan muy por encima de lo estrictamente material y elemental para la vida, en tanto organismos vivos. Los procesos económicos han alcanzado un gran desarrollo y una independencia frente a lo material muy grande. Los mecanismos financieros, la especulación, el afán de lucro y el egoísmo inherente a ellos, colocan a la economía en un status aparte de lo biológico ambiental. De ahí que, nos preguntemos si lo económico, desde la perspectiva que en este blog proponemos, fundamentada sobre todo en le pensamiento de Talcott Parsons  no deba constituir un subsistea aparte. Máxime si consideramos que al referirnos a una acción individual y social determinada, habríamos de considerar como diferentes a los recursos materiales propiamente dichos del dinero Se puede tener lo uno, pero tal vez no lo otro. y poseer objetos materiales no significa tener recurso financieros y viceversa. Entonces, desde nuestra opinión, abría que considerarlos como cosas diferentes, pero estrechamente relacionadas en la misma lógica parsoniana.  Así que en un agregado más de nuestra parte y sujeta a las críticas y comentarios de ustedes, amables lectores, propondríamos la creación de este nuevo subsistema de la acción en los términos de Talcott Parsons, cuyo contenido serían los procesos económicos, tal cual hoy los conocemos en le mundo moderno, altamente inmateriales e intangibles, alejados de lo físico y orgánico.
     

sábado, 15 de octubre de 2011

La acción social y la estructura social

Uno de los problemas de la teoría estructural funcionalista parsoniana fue su desconección de la estructura social. Gran parte de las posibilidades de análisis e investigación del esquema se perdieron debido a que Parsons en su obra no hizo alusión a la conexión fructifera que debía haber entre el sistema de la acción y las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales que sirven de contexto. Al hablar de los subsistemas como contextos, noencotramos referencia directa alguna a clases, estratos, estamentos o culquier otro concepto que permitiese dar cuenta de que la acción, se da desde cierto lugar y cierto pael que se ocupa en la estructura social, lo cual es un problema grave, dado que partimos de que se estudiará la acción intencionada y racional con arreglo a un fin perseguido. Fin que de entrada se vuelve incomprensible si no se determina como el actor está colocado en el edificio social. Así que si se quiere aplicar este esquema de la acción que nos porpone Parsons, es necesario establecer la relación entre acción y estructura social, como un prerrequisito indispensable para el análisis y la evaluación del saldo de consecuencias funcionales, usando la terminología de Roberrt K.Merton. Sólo así pa propuesta de análisis estructural funcional puede dar resultados valiosos y útiles. El estudio sin la consideración de las estructuras sociales que preexisten a la acción de individuos, grupos o colectividades no irá más allá de una curiosidad sin mayor valor científico y práctico, dado que los hombres actuamos y nos movemos adentro de esas estructuras reales y concretas. Así que al hablar de los contextos de la acción habran de considerarse elementos tales como la cultura de la clase o grupo (contexto cultural); la normatividad legal y moral (contexto normativo); las relaciones sociales que se establecen desde una posición (status) y un papel (rol) (contexto social); ciertas condiciones materiales de existencia y acceso a recursos económicos (contexto biológico ambiental) además de la intecionalidad del actor que se define a partir de los cuatro contextos antes mencionados y, las características de personalidad y carácter del actor mismo en tanto individuo (o colectividad). Dado que elesquema propone que toda acción es nodal, es decir, se da en todos los subsistemas simultáneamente, elestudio del contexto dentro del cual se da la acción, debe por igual ser considerado de manera integral. Éste es  uno de los postulados más importantes que se desprende de la obra parsoniana a la que nos hemos venido refiriendo en estos trabajos: Una consideración de la acción como nodal, y del contexto como integral, inseperable en la realidad. Podemos decir que una acción sólo puede ser exitosa en términos de sus fines perseguidos cuando al llevarse a cabo ésta, concurren y se armonizan simultáneamente los 5 subsistemas de la acción y cuando el contexto ofrece esas mismas condiciones de armonía y simultaneidad, vale decir, de adecuación en función de la acción planteada por un actor. Incluso en elcaso extremo de una revúelta o rebelión, en función a la misma, deben de existir las condiciones contextuales adecuadas (disfuncionalidad del entorno) para que la acción rebelde tenga éxito.  En el caso de una enfemedad, sólo cuando aparecen una serie de síntomas coherentes entre sí (cuadro clínico), se puede diagnosticar adecuadamente la enfermedad y darle el tratamiento pertinente que sane al enfermo. La armonía entre los signos o síntomas pemiten la curación. Cuando no la hay, el diagnóstico se dificulta y con ello el tratamiento se vuelve incierto y las psoibilidades de sanación se reducen dramáticamente. Debe haber pues una correlación entre el contexto y la acción intencionada del actor.  

viernes, 14 de octubre de 2011

Cmpromisos del sociólogo, entre la objetividad y la subjetividad

El compromiso del sociólogo en cuanto científico social es con la verdad, no con la verdad eterna y absoluta que es el tema de la teología y la religión, sino con la verdad terrenal, temporal y situacional. Su compromiso es ser lo más objetivo posible respectoa lo que observa y sin embargo debe considerar la subjetividad, la parcialidad y la limitación de su punto de vista en tanto ser humano y en cuanto estudia actos llevados a cabo por otros seres humanos. Así que es imposible evitar la subjetividad y los problemas que vienen con ella. Tampoco puede anular sus sentimientos y emociones, pero bien usados deben servirle para impulsarlo a llevar a cabo el mejor trabajo posible de invetigación, a ser riguroso en sus observaciones, mediciones y las conclusiones a que llegue, a pesar deque no sean de su agrado. Lo que no puede ni debe es caer en cualquiera de los dos extemos, el de la objetividad que lo convierta en un ser insensible y frio, ajeno a las penas, el dolor y el sufrimiento humano, o al gozo y la satisfacción o; al de la subjetividad y caer en el sentimentalismo y la sensiblería que no permiten hacer juicios apegados minimamente a los canones del trabajo cintífico. En realidad, el sociólogo  debe trabajar con ambas cosas, la subjetividad y la objetividad, bien manejadas pueden dar frutos muy positivos en la investigación, de los que se puedan derivar propuestas utiles para la comunidad y la sociedad. El sociólogo no debe olvidar esos ideales originarios que dieron pie a la constitución de la sociología como ciencia social  y que Auguste Comté, Emile Durkheim o el conde Saint Simon antes que ellos, expresó: el ordenamineto de la sociedad y la mejora de ésta en la medida de lo humanamente posible y dentro de lo que las circunstancias permiten. Como ciencia social, la sociología tiene que ser positiva en los dos sentidos en que se usa esa palabra, en el de ser una verdadera ciencia que deja atrás prejuicios y nociones de sentido común, y en el sentido de buscar el bien de la sociedad. Puede ser que en estos tiempos de relatividad extrema esos valores y fines hayan perdido sentidompara muchos, pero no puede sucederle eso al sociólogo. Aun en profundas y prolongadas crisis por las que hoy atraviesa una sociedad como la mexicana o el mundo árabe, o Chile, etc., el compromiso del sociólogo es ser fiel a los resultados de sus observaciones y mediciones, y a través de ellos, sacar las conclusiones que permitan proponer caminos alternativos de solución a los problemas de la sociedad, de grupos y comunidades. Es cierto que no es fácil ser científico social y a la vez actor en épocas de dificultades, pero ahí es donde el sociólogo debe de mostrar el temple,la madurez, su capacidad y habilidad, su sensibilidad ante el mundo que le rodea, al cual debe tratar de describir, conocer, eventualmente explicar. Lo que no es poca cosa. Pero además también puede llegara a aportar su grano de arena en la solución de los problemas que ha observado. El público lego, reclma del científico social con frecuencia racapitulaciones de lo que está sucediendo y de las alternativas de solución posibles, y aunque muchas veces no es posible lo segundo, eso debe ser una impulso para tratar de encontrar alguna vía de solución, a sabiendas de que toda propuesta en ese sentido debe estar sujeta a la prueba ne la realidad, a la corrección y al perfeccionamiento.  Tal es el comrpromiso del sociólogo.

jueves, 6 de octubre de 2011

Acción y contexto V

Toda acción, como decía Parsons y mencionabamos en la cuarta parte de nuestra propuesta, es nodal, es decir se da en los 5 contextosmencionados anteriormente. Ahora podemos decir que toda acción desde la perspectiva sistémica, se da simultaneamente en los 5 subsistemas de la acción: el cultural, el normativo, el social, el psíquico y el biológico. También podemos afirmar que toda acción es dinámica y es dirigida hacia el exterior, fundamentalmente hacia otros actores sociales con los que se interactúa, sean estos reales (presentes) o imaginarios. (evocados por la imaginación, el recuerdo). Esta acción puede ser racional o irracional, y es dirigida a determinados fines que se prtenden lograr, es decir, es intencional. Uno no se dirige a otras personas al azar ni tampoco sin una intención o finalidad predeterminadas. Ycomo decíamos anteriormente, la acción se da en los 5 subsistemas (planos); es decir, a partir de un cierto esquema cultural, de acuerdo a ciertas normas preestablecidas, que prescriben el cómo debemos dirigirnos a otros,  desde cierto lugar  y papel que jugamos en la sociedad, con determinadas intenciones, y dentro de un determinado ambiente material (organismo neurofisiológico), que es el sistema biológico..Vista así la acción, esta nos permite un esquema teórico metodológico que nos permite una evaluación sobre el porqué tal o cual acción ha sido éxitosa o ha fallado parcial o totalmente. Podemos sacar, como decía Robert King Merton, "un saldo líquido de consecuencias funcionales."  Una acción puede ser fallida, si hay algún impedimento, obstáculo o limitación, en alguno de los subsistemas de la acción. Alguiwen puede querer dedicarse a sanar enfermos, pero si carece de la cultura y educación médica no podrá logra ese fin por bien intencionado que sea; o podrá querer romper un record de velocidad en una prueba de 100 metros planos, pero si su edad es avanzada, o ha sufrido una lesión en las piernas tampoco podrá lograr su meta. De allí que antes de emprende una acción debe considerarse si se cuentan con los requisitos y recursos que cada subsistema requiere, para que el propósito se alcance. Muchas acciones intencionadas fracasan no sólo porque las finalidades pereguidas no están claras, o las decisiones estratégicas de cómo lograrlas son incorrectas, sino también porque los recursos que se requieren en cada subsistema de la acción, son insuficientes o inexistentes. De ahí que cuando el caso así lo amerita, hay que considerar que cada subsistema de la acción este listo y preparado para la persecución del objetivo planteado. No se puede ser velocista, si el cuerpo no está previamente entrenado, si no se pertenece a una federación o club deportivo, si no se conoce el deporte en el que se desea participar y las reglas que lo rigen, sino se han establecido las relaciones sociales pertinentes con los camaradas y los entrenadores. Y claro está, si no se tiene la intención real, la convicción de lograrlo. En el caso del velocista, como cualquier otro, podemos ver como los subsistemas actúan a la par, coordinadamente entre sí, para el logro de un propósito deteminado. Y este esquema es válido no sólo para el caso de peronas en los individualidad, sino también de organizaciones de todo tipo, sean fabricas, comercios, prestadores de sevicios, etc.
En la siguiente participación veremos los pasos que el sociólogo investigador debe seguir de acierdo al esquema planeado.