lunes, 8 de marzo de 2010

La acción social, las motivaciones y la estructura social

En nuestra participación anterior, señalabamos al principio, que Talcott Parsons consideró la acción social como un proceso mental de carácter activo y no como una simple respuesta mental estereotipada a los estímulos externos que recibe el actor, tal como la plantea la teoría conductista. También señalabamos que la acción social incluía aspectos subjetivos, es decir personales, como objetivos, o sea, externos. Nos refereriremos a continuación a os primeros, a lo subjetivos. Talcott Parsons al desarrollar eeta parte de su esquema estructural funcionalista, acabó reconociendo que la acción social tenía como uno de sus ingredientes fundamentales la motivación, y que dicha motivación podía ser de carácter explicito y manifiesto, o de naturaleza inonsciente, en el sentido freudiano del término. Por tal motivo, cayó en la cuenta de que el análisis de la acción social y de sus motivaciones necesitaba del apoyo de la psicología, o para ser aun más específicos, del psicoanálisis. Parsons colocó entonces en un lugar central el tema de las motivaciones que conducen a la gente, a los actores, a actuar de determinados forma y sentido. Lo cual es un asunto crucial, a la hora de pasar de la simple descripción de la acción, a su debida interpretación. ¿Qué factores nos motivan a actuar en tal o cual sentido? ¿qué factores son manifiestos y cuales son latentes, ocultos a la simple obervación externa? son preguntas totalmente válidas a las que el esquema parsoniano trató de responder en su planteamiento teórico metodológico, reconociendo que lo individual se relaciona estrechamente con la estructura social. "En general, puede decirse que el análisis psicológico está dirigido a la explicación de actos, ideas y actitudes concretas de los individuos" (Parsons en Ruitenbeek, 1978, p. 89) dice Parsons, y esos actos e ideas se dan en el marco de la estructura social. A la sociología le interesa el estudio del, "...equilibrio de fuerzas motivacionales involucradas en el mantenimiento y en la alteración de la estructura de un sistema social." (Parsons en Ruitenbeek, 1978, p. 89). Parsons destaca que las motivaciones que mueven a los individuos tienen una importancia estratégica en la estructura del sistema social y a la inversa, que la estructura también influye en las motivaciones de los actores. Por eso el análisis de las motivaciones debe adaptarse a las necesidades técnicas del análisis sociológico en función de los problemas planetados en términos sociológicos. Parsons señala correctamente que el sociólogo debe hacer frente a los problemas motivacionales si quiere analizar en profundidad que es lo que mueve a los actores a la acción social y, agregaríamos nosotros, si quiere evaluar adecuadamente los resultados de la acción social llevada a cabo. Lo que pertinentemente, denominó Robert King Merton el saldo líquido de conseuencias funcionales, a sabiendas de que toda acción tiene aspectos tanto positivos como negativos, es decir, funcionales o disfuncionales.