martes, 23 de febrero de 2010

Esquema del sistema de la acción social

Por lo que pudimos ver, el esquema parsoniano de la acción social quedó conformado por 5 subsistemas de la acción social. Siguiendo la lógica de la jerarquía cibeernética, de mayor a menor información, en primer lugar estaría el subsistema cultural que contiene los conocimientos, filosofías ideologías, valores y principios morales, o sea, el aparato simbólico que sirve de marco general para la acción, ésta no es posible sin una cultura que la sustente y guíe. Su función es la estabilidad normativa. A él pertenecen las estructuras de socialización. En segundo término estaría el subsistema social en el que se expresaría concretamente la cultura en relaciones e interacción social y en las normas, leyes y reglamentos que establecen el marco jurídico dentro del cual las relaciones y la interacción se establece. Su función es la integración y a él pertenecen las estructuras jurídicas. A continuación vendría el subsistema psíquico o de personalidad, cuya función sería la prosecución de objetivos, o alcance de metas propuestas, mediante las estructuras políticas y que estaría compuesto por la administración pública y las políticas de gobierno. Es decir, al subsistema psíquico correspondería el uso del poder para dirigir al sistema social hacia determinadas metas. A continuación, y de manera provicional, estaría el subsistema de apoyo, cuya función es la renovación de los cuadros en la sociedad. Aunque Parsons se refería al problema de la renovación de los cuadros políticos de manera legal y legítima, esta idea es aplicable prácticamente a toda organización económica, política, cultural o de cualquier otro tipo, como la Iglesia o las Fuerzas Armadas. Analizada la acción desde un punto de vista dinámico, la renovación de los actores es un requisito indispensable para que el sistema en su conjunto funcione y se reproduzca a lo largo del tiempo. Los procesos de reclutamiento, selección y capacitación serían los propios de este subsistema de apoyo.
Finalmente, en la base, encontraríamos al subsistema biológico cuya función es la adapatación y que incluye los medios que el sistema de la acción social y sus miembros utilizan para la prosecución de objetivos. Es el ámbito de la estrucura económica , de la banca, las empresas, el dinero, los redcursos materiales y la ejecución de roles por parte de los individuos.
Como hemos dicho anteriormente, la acción social es molar, es decir se da en los subsistemas de manera simultánea, por lo que un análisis y evaluación requiere investigar la acción en todos los subsistemas planteados en el esquema parsoniano. Por otra parte, la resultante del análisis y el estudio debe conducir a lo que Robert K. Merton llamá el saldo líquido de consecuencias funcionales, que nos dirá si una acción ha resultado funcional (cumplió con su objetivo), o disfuncional (ha resultado negativa, ha fallado, no se ha cumplido con el objetivo, ó ha sido contraproducente), o afuncional, es decir, sus resultados no son ni funcionales ni disfuncionales, son ajenos a la meta a conseguir. Lo importante a destacar por el momento es esa visión integral y global de la acción social y análisis igualmente integral que debe hacerse de la misma para poder comprenderla adecuadamente.

lunes, 8 de febrero de 2010

AMOR Y SOCIOLOGIA

No debe ser motivo de duda que el amor es un hecho social y, por lo tanto, un asunto de la incumbencia de la sociología. Sin embargo, es un tema, que por la dificultad de su abordaje, ha sido dejado de lado, con cualquier tipo de pretexto, desde la consideración del amor como un hecho irracional y por lo tanto, incapaz de ser estudiado por la ciencia, hasta la afirmación de los conductistas de que tal cosa, el amor, no existe, como no existe tampoco la libertad y muchas cosas más. Lo cierto es que el amor esta aquí, y gracias a él muchos actos son realizados no por cientos, sino por millones de personas. Sí, el amor ha inspirado y motivado la acción de los seres humanos en prácticamente todos los rubros posibles. Tanto en las acciones heróicas, como en los actos solidarios para con el prójimo, como en el campo educativo impulsando a pedagógos y maestros a buscar las mejors técnicas para enseñar a los niños, jovenes, adultos y hasta personas de la terecera edad. En el campo de la salud, el amor al ser humano, ha sido causa de buscar mejores medicamentos y tratamientos para sanar a los enfermos. Así podríamos eeguir recorriendo los diversos ámbitos de la acción humana. Lo cieerto entonces, es que el amor no se redue a demostraciones afectivas hacia los padres, los hijos, la pareja o los amigos, incluso hacia Dios io los santos. El amor, como su contraparte el odio, o el miedo, han sido los gandes motores de la acción tanto individual como colectiva. Siendo así, ¿no merece el amor más atención e interés por parte de los científicos sociales? ¿siendo causa o motivo de tantas acciones sociales no merece el amor ser estudiado e investigado con detenimiento desde una perspectiva sociológica? Con independencia a lo que ya han aportado los filosofos desde su "amor a la sabiduría", y los psicólogos y psicoanalistas, o los antropólogos, ciertamente tambien la sociología tiene algo que decir, y seguramente será muy importante y trascendente. Estudiar el amor en estos días en que precisamente tanto se lamenta su ausencia de la vida social, no nos parece algo irrelevante ni distractor de las cuestiones que hoy acaparan la atención pública, sino, muy por el contrario, un tema central y vital, para entender la experiencia humana, en toda su magnitud y complejidad.
Investigar el amor, no es pues una trivialidad, ni algo pueril o superficial, nos parece, por el contrario algo decisivo para el presente y el futuro de la especie humana y el mundo.
Los sociólogos como científicos no deben rehuir el tema, no hay justificación alguna para ello, es un tema sociológico relevante y de primera importancia.