viernes, 10 de diciembre de 2010

sistema y filosofía de la historia

En esta ocación nos ocuparemos de un tema especial: la realción entre el enfoque sistémico, la historia y la filosofía de la historia. El punto de partida es la consideración del sistema como algo dinámico, que se adapta, cambia, se transforma, se modifica, al paso del tiempo, gracias a la constante relación sistema-entorno. En participaciones anteriores hemos dicho que los sistemas se caracaterizan por ser autorreferenciales (se refieren a sí mismos) y autopoiéticos (se construyen a sí mismos), y esos dos factores determinan el constante intercambio con el entorno (lo que está fuera del sistema, lo que no es sistema), infuyendose mutuamente. Se trata de un intercambio, por así decirlo, interesado. A esa relación constante con el entorno la llamamos counicación, y afirmamos que la influencia mutua entre sistema y entorno es multicausal, de tal manera que no es posible reducir la explicación de la influencia de uno sobre otro elemento, sistema y entorno, a un solo factor monocausal -lo que si podemos es ponderar la influencia diferenciada de cada factor. Con este supuesto, decimos entonces, que no sepuede hablar de un determinismo "x" que nos indique de manera unívoca el sentido y la direccción que sigue un sistema psíquico o social. Sino que al hablar de la relación del sistema con el entorno decimos que puede darse un abanico amplio de posibilidades tanto de dirección como de sentido. Esto es debido a dos elementos importantes a considerar, el azar y la contingencia, o como establecería Luhman, doble contingencia. Ante la presencia de el azar y la contingencia, y ante la autorreferencia y la autopoiésis, no es posible determinar de manera que sentido y que dirección habrá que tomar un sistema. Afirmaciones como la marxiana en el sentido de un cambio dieléctico que llevaría a la humanidad de regreso al comunismo de manera ineludible, pero en una etapa evolutiva superior con respecto al comunismo primitivo, son en la óptica sistémica, a nuestro entender, insostenibles. La contingencia y el azar, pueden en gran medida influir en que el sistema tome una nueva dirección. Por tal motivo, desde el punto de vista sistémico sólo podría hablarse de las "leyes" del devenir histórico de los sistemas psíquicos o sociales, de manera muy general y limitada, valga decir, insuficiente para establecer alguna forma de determinismo. Acaso tal cosa pudiera ser sólo posible para los sistemas cerrados, pero en el caso de los sistemas psíquicos y sociales, y otros sistemas inteligentes, capaces de reaccionar ante el entorno, a los cuales llamamos sistemas abiertos, tal pretención resulta insostenible, de manera muy especial en los sistemas sociales, donde la relación con el medio externo, el entorno, es muy compleja y variante.
El enfoque sistémico, en nuestra opinión, ofrece pués, toda una nueva perspectiva para la reflexión en filosofía de la historia. Una filosofía de la historia abierta a la posibilidad de varios escenarios alternativos, de un futuro indeterminado, que ciertamente para los espíritus conservadores y rígidos puede resultar en verdad intimidante. Igualmente ofrece un reto interesante para quién quiera hacer una historia de lo sistemas y su devenir, ya que desde la perspectiva que hemos venido proponiendo, en ese devenir de los sistemas caben tanto el orden como el desorden, tanto la armonía como el conflicto. Lo que por cierto nos lleva a plantear finalmente cuál es el tipo de investigación histórica pertinente, aquella que pone su atención en los eventos únicos e irrepetibles, o aquella otra que fija la mirada en la continuidad, en lo regular y cotidiano.
Un estudio histórico de los sistemas requiere a nuestro entender de ambos para poder dar cuenta más precisamente de lo que sucede en un sistema a lo largo del tiempo.

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