miércoles, 28 de octubre de 2009

Sociología y ambiente social propicio

El desarrollo de las ciencias socciales en general y de la sociología en particular requiere de un ambiente sociocultural especial, aquél que corresponde a las sociedades abiertas, tolerantes, plurales, multiculturales, democráticas y láicas. Sólo cuando este tipo de sociedades emergió fue posible el crecimiento y florecimiento de las ciencias del hombre. En efecto, su nacimiento y posterior desarrollo no pudo ser posible en sociedades en que privaba la intolerancia, la cerrazón, las verdades últimas y únicas, y val decdir, el miedo a estudiarse a sí mismas de manera racional, objetiva y experimental. Así pues, para que la sociología pueda brotar y prosperar necesita de un clima cultural en que las herejías hayan perdido valor y la diferencia haya adquirido carta de nacionalidad. Si bien no existe en la realidad una sociedad idealmente abierta y tolerante, donde no haya tabués ni áreas vedadas a la mirada de las ciencias sociales, hay que reconocer que muchas de la ssociedades del llamado mundo occidental han progresado lo suficiente como para pemitir e incluso alentar el avance de la sociología y las demás ciencias del hombre.
En el caso de México y muchos de los países de latinoamérica, todavía hay mucho trabajo que hacer para quitar los obstáculos de la intolerancia, los prejuicios, y la incomprensión respecto a las ciencias sociales. Ellas son especialmente necesarias para coadyuvar al desarrollo social, político y económico de las distintas naciones y para promover las relaciones amistosas y pacíficas entre los distintos países y pueblos del continente y el resto del mundo.
Así, una de las tareas más importantes de las ciencias sociales es ayudar a crear ese clima propicio para la aceptación y la utilización de sus herramientas y conocimientos que producen estas ciencias, en beneficio de la propia sociedad en conjunto. Las ciencias sociales pueden y deben colaborar en la creación de ese ambiente de aceptación de sí mismas en la cultura a pesar de que se sabe que no es una tarea fácil ni de corto plazo. Y siguiendo el principio biblico que dice, "por sus obras los conoceréis", la sociología y las otras ciencias sociales deben producir frutos que propicien maás altos y mejores niveles de vida en la población, especialmente entre las clases y estratos más pobres de la sociedad; bienestar y prosperidad. Así no sólo se cumplirá el sueño y las esperanzas de Saint Simon, Augusto Comte, Durkheim y muchos otros, que apostaron a que las ciencias sociales no sólo ayudaran a conocer mejor a la sociedad y a los individuos que la componen, sino también colaboraran a mejorar dichas sociedades en todos los aspectos.

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